Francisco Silva, consultor de negocios internacionales, aborda en su columna la problemática de las visas, especialmente para los latinoamericanos. Desde su experiencia, las nuevas políticas, sobre todo en China, son en apariencia una restricción que resulta incómoda para los ciudadanos del mundo.
Las visas son un tema común entre los foráneos. La situación migratoria de un foráneo en China no es tan simple como en otros países. Especialmente para un grupo de foráneos es más difícil que al resto. Obviamente, como me gustan los retos, yo estoy en este grupo. Los grupos a los que no pertenezco son los estudiantes, los “expats” (empleados de tiempo completo) y los diplomáticos. En un sentido genérico y muy amplio, si tienes un respaldo de una institución, tu visa se te otorga sin mayor problema, generalmente es una visa por un año y de entradas múltiples. También a los turistas que vienen por estancias menores a un mes se les otorga fácilmente. Y en realidad a todos los que solicitan visa, se les otorga en cierta medida, fácilmente. ¿Bajo qué condiciones te la otorgan? Como diría el fallecido comediante mexicano Cantinflas, “ahí está el detalle joven”.
Al grupo al que pertenezco es al de los aventureros, que vienen a probar y buscar oportunidades, vienen de negocios, vienen a conocer, sea de paso por unos meses o de carrera larga como yo. Es el grupo que se casa con un chino o una china. Es el que después de que se expira su otro tipo de visa, quiere más de China. También es al grupo en el que están los buenos para nada, los malandros y los que encuentran el modo de llevar un estilo de vida casi sin hacer nada.
Recién llegué a China en el 2007, obtener visas o extensiones de visas era bastante sencillo. Entre reglas laxas y agencias que tenían “formas especiales” de conseguir las visas, era cuestión de pagar y esperar unos días para que te regresaran tu pasaporte con una visa nueva, todavía con el pegamento fresco. Después, a partir de las Olimpiadas del 2008, China se puso la tarea de ser más estricto en sus leyes migratorias al punto de que ahora en 2014 para mí fue un año desgastante, donde se me otorgó una visa por un año, con la condición de salir del país cada 30 días. Así que cada mes tenía que tomar un vuelo a alguna parte (generalmente Hong Kong que, para estos casos, no es China), quedarme ahí unos días, regresar, y a mi regreso, registrarme ante la policía de mi localidad para que me dijeran qué día tenía que volver a salir del país. El costo económico y el desgaste emocional no fueron menores. Yo soy una de muchas historias similares que hay en China.
Aquí ya es momento de dejar los lamentos y las anécdotas y entrar en materia. La situación migratoria y de visados entre países es un tema delicado y trataré de abordarlo con claridad. Primero que nada, por más difícil que se escuche mi historia, no puedo quejarme en realidad: siempre se me ha otorgado una visa para ingresar al país. Debemos entender que China tiene todo el derecho y sus razones para asegurarse quién entra al país y bajo qué condiciones.
También es una realidad que las políticas migratorias en China son muy cambiantes y en ciertos casos particulares a un país. Ese es el caso de Estados Unidos y ahora de Canadá. El noviembre del año pasado USA y China anunciaron nuevas políticas con visas de entradas múltiples y por largos periodos de tiempo. Ahora en marzo, Canadá acaba de anunciar una política similar, donde se les otorgarán visas a chinos y canadienses hasta por 10 años.* Diez años. Entradas múltiples. Sin salidas obligadas en ningún momento. Lo siento, pero no puedo sentir sino un poco de envidia y de molestia por esto. ¿Qué tiene Canadá que no tenga México?
Revisé algunos números de Canadá. A grandes rasgos, podemos ver que para Canadá, China es el segundo socio comercial, después de Estados Unidos. Tiene una balanza comercial en el vecindario de los 60 mil millones de dólares, totalmente a favor de China, y la última vez que revisé el mapa, Canadá seguía siendo parte de América del Norte y vecino de Estados Unidos.
Después revisé algunos datos de México. A grandes rasgos podemos ver que para México, China es el segundo socio comercial, después de Estados Unidos, tiene una balanza comercial en el vecindario de los 60 mil millones de dólares, totalmente a favor de China, y la última vez que revise el mapa y como estarán adivinando ustedes, mis queridos lectores, seguía siendo parte de América del Norte y vecino de Estados Unidos.
¿Notan las similitudes? Y al mismo tiempo ¿Notan la disparidad? Aquí es donde me es difícil entender por qué si otros países tienen situaciones similares, estimulan intercambio entre ellos, mientras que entre México y China lo complican. Algo que no he mencionado es que para los chinos es un tanto complicado obtener una visa para México, ya que pasan por rigurosas revisiones por parte de nuestro sistema de visados. Se ha vuelto tan exigente y demandante, que ahora la recomendación de las agencias de viajes chinas que quieren llevar turistas chinos a México, es que consigan la visa para Estados Unidos, ya que es más fácil que les otorguen la visa de ese país. Existe un acuerdo entre México y Estados Unidos que si USA le otorga una visa a un chino, el/ella puede usar esa visa para entrar a México. Así que mientras nuestro cuerpo de visados revisa exhaustivamente cada solicitud, decenas de miles de chinos son autorizados a entrar a nuestro país con su visa de USA que puede ser de hasta por 10 años.
Ahora que regreso a México por un mes, para solicitar nuevamente mi visa, no me queda más que soñar lo relajado y tranquilo que me sentiría si se me otorgara una visa no de diez, de cinco años siquiera. Las razones por las cuales México y China llegaron a su forma de evaluar y llevar sus políticas de visado las desconozco. Lo que veo es que es tiempo de cambiar, porque los tiempos cambian, y porque si se habla tanto de mejores y mayores relaciones entre países, se debe pensar también en los individuos que realizan, viven y son parte de estos intercambios.
¿Qué opinan? ¿Han tenido experiencias como la mía? ¿Creen que México debería mantener su rigidez y lineamientos? ¿Qué hay de Latinoamérica?
Espero sus comentarios en paco@dxmconsulting.com
Crédito foto [huffingtonpost.com ]
También puedes leer:
– Cancelación de proyecto Dragon Mart en Cancún puede desalentar inversión en la región
– Los negocios en China vistos desde dentro: nueva columna de Francisco Silva