Por casualidad. Así fue como hallaron el ejército de arcilla que protege el mausoleo del Primer Emperador, Qin Shi Huang. En 1987, la Unesco declaró al sitio ubicado en Xi’an como Patrimonio de la Humanidad. Yang Zhifa y su grupo de campesinos son los grandes responsables de que hoy los Guerreros de Terracota sean reconocidos como uno de los legados más importantes de la tradición china a la historia de la humanidad.
La sequía que azotó la provincia de Shaanxi en 1974 hizo que las estatuas de arcilla, que fueron enterradas en el 210 a.C aproximadamente, vieran la luz, pues mientras que Yang y los suyos excavaban la tierra en busca de agua para hacer un pozo, dieron con restos de uno de los guerreros.
Tras varios días cavando, los agricultores se encontraron con tierra roja. Según contó Yang al sitio web Swissinfo.ch, fue él mismo quien se encontró con lo que a primera vista parecía una vasija de arcilla.
“Mi azadón desenterró el cuello de una estatua en terracota, sin cabeza y en cuyo cuello había una abertura grande”, dijo Yang al portal suizo, en el que también añadió: “Le dije a mi colega que debíamos encontrarnos ante un antiguo horno de vasijas. Me respondió que prestáramos atención para que pudiéramos desenterrar las jarras y llevarlas a casa”.
El trabajo continuó y los agricultores siguieron cavando en busca de algunos utensilios que les fuesen útiles para el uso diario. Lo que no sabían era que no estaban sobre un horno de cerámica ni nada parecido. Yang y los demás campesinos terminaron por descubrir la forma completa de un hombre que pertenecía al mausoleo gigante donde se albergaba el resto de los Guerreros de Terracota.
Basado en los conocimientos que adquirió durante los seis años en los que perteneció al ejército, Zhifa decidió desenterrar las partes de la estatua que encontró y, junto con sus compañeros, llevarlos en carretas hasta el museo del distrito de Lintong.
Las autoridades reconocieron las piezas y encontraron la relación directa con la Dinastía Qin. El Gobierno ordenó la exploración arqueológica de todo el terreno, lo que obligó al gran descubridor y a sus jornaleros a desplazarse de la zona junto con las demás familias campesinas. En ese entonces, Yang recibió 30 yuanes (4,8 dólares de hoy) por el hallazgo.
Más de 8 mil hombres de arcilla
Los Guerreros de Terracota están uniformados según el rango militar, tienen armaduras, algunos empuñan espadas, otros tienen arcos y se encuentran en posición de ataque. Entre las cerca de 8.000 figuras encontradas no se repite una sola cara. Cada una de las representaciones de los soldados que fueron enterrados para acompañar al emperador Qin en las guerras del más allá es única.
El mausoleo se encuentra dividido en dos fosas. La primera es la más grande y cuenta con alrededor de 6.000 figuras, entre las cuales se destacan soldados armados con ballestas y caballos. En la segunda fosa, alrededor de 1.400 arqueros encabezan una amplia variedad de guerreros pues también hay soldados de infantería, de caballería, lanceros y hasta se pueden identificar comandantes.
Entorno a los guerreros de Xi’an se creó un museo donde Yang aún firma autógrafos como una celebridad; una celebridad que ‘despertó’ a los Guerreros de Terracota por casualidad.
Crédito foto [elcordobesimpasible.blogspot.com]
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