La Oficina de Protección Medioambiental de Beijing anunció el pasado lunes, 4 de agosto, la prohibición de la venta y uso de carbón y sus derivados en varios distritos de la capital así como también el cierre de todas las plantas energéticas que se basen en dicha materia prima.
Para los habitantes de Beijing, uno de los problemas más importantes y urgentes de combatir es el de la contaminación en el aire. Lo que se conoce como smog o material particulado consiste en partículas muy pequeñas de amoniaco, carbón, nitratos y sulfatos que pueden entrar fácilmente en la corriente sanguínea y causar enfermedades como enfisema y cáncer. Estas son calculadas bajo un sistema denominado PM 2,5 (pequeñas partículas de menos de 2,5 micrómetros en diámetro consideradas como las más dañinas para la salud de los pulmones). En China, los vehículos son responsables por el 31,1% del material particulado en el aire seguidos por la quema de carbón (22,4%), la producción industrial (18,1%) y el polvo (14,3%).
Desde que el país entró en una época de industrialización y de fabricación intensiva a finales de los años 70, la calidad del aire de sus principales ciudades comenzó a decaer. El uso de combustibles fósiles como el carbón para mover las fábricas ha sido uno de los principales causantes de las partículas nocivas en el aire. Las mediciones de PM 2,5 en Beijing, según cifras de la agencia estatal Xinhua, son de aproximadamente 91 microgramos por metro cúbico de aire mientras que la OMS considera que un nivel seguro es de 25 microgramos.
La contaminación del aire ha incrementado las muertes por cáncer de pulmón y sus efectos negativos son cada vez más notorios. En 2012, la polución mató aproximadamente a siete millones de personas alrededor del mundo, convirtiéndose en el mayor riesgo ambiental. La OMS afirmó que el 80% de las muertes habían sido causadas por paros cardiacos.
Beijing es una ciudad con más de 20 millones de habitantes quienes día a día tienen que lidiar con el aire impuro de la capital. Por este motivo, el gobierno decidió prohibir el uso de carbón en seis de los principales distritos de Beijing: Dongcheng, Xicheng, Chaoyang, Haidian, Fengtai y Shijingshang. Hoy, a diferencia de hace unas décadas, la posición del gobierno chino ha cambiado y le ha dado mayor prioridad a la salud humana.
La Oficina de Protección Medioambiental de Beijing estima que para el 2020 ya no se utilizará el carbón como combustible y, como reemplazo, se fomentará el uso de otras energías como la electricidad y el gas natural. También afirma que las partículas de carbón constituirán menos del 10% de la polución en el aire.
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Crédito foto: Chematierra.blogspot