El desarrollo económico ha traído entre otras delicias una nueva forma de individualidad -que hace pocas décadas era impensada-. Esta individualidad se expresa en una libertad en el vestir que sorprende a quienes visitan las grandes ciudades chinas.
Zapatos azules -de una gamuza rara, casi felpa- pantalones ajustados y con dos bolsas de cada costado, chaleco gris, casi transparente y gorra roja. Tacos altísimos, vestido amarillo y manos suaves: con uñas de colores disímiles. Sombrero de los años sesenta, remera de mikey y falda corta, cortita, desnudando unas piernas larguisimas que terminan en tacos que parecen de cristal.
Son los nuevos dandys chinos. Literalmente: dandy es una forma de individualidad, que se expresa principalmente en la manera de vestir. Por ser una manera individual y personal no es una forma determinada, sino que cambia de acuerdo a los caprichos del dandy: el dandy es un caprichoso. Según la real academia española: “Hombre que se distingue por su extremada elegancia y buen tono”.
Es, por supuesto, una definición, pero no la única. Se discute si el dandi es un hombre, como jura la RAE o si puede ser también una mujer: wikipedia cita como ejemplo de dandis modernos a Paris Hilton y Victoria Beckham. Veamos la definición de wikipedia: “Un dandi o dandy (del inglés dandy) es una persona muy refinada en el vestir, con grandes conocimientos de moda, proveniente de la burguesía, con una fuerte personalidad y poseedora de nuevos valores con la sobriedad o el uso los avances traídos por la Revolución Industrial, que terminaría convirtiéndose en un referente para su época.
La corriente asociada al dandi se denomina «dandismo», sin estar claro el origen de la palabra ni si su procedencia fue más literaria que real o al revés, pero nació en la sociedad inglesa y sobre todo francesa de finales del siglo XVIII. Con posterioridad se iría expandiendo a otras naciones llevada por personas que habían residido en Londres y sobre todo París.
El dandismo se convirtió en un referente para la moda masculina, para los valores y para las costumbres de las sociedades europeas muy agitadas por las distintas revoluciones acaecidas entre los siglos XVIII, XIX y principios del XX. Esta corriente fue contestatario con la sociedad de su época y con movimientos como el romanticismo del que pretendía separarse. Aunque fracasados vitalmente, los seguidores del dandismo contribuyeron a crear la moda masculina actual, así como el concepto de celebridad, el de derechos de imagen y el de tribu urbana”. El dandy forma parte de la burguesía. En China se ha vivido lo que se ha dado en llamar “la revolución de la burguesia”, millones de personas que se encontraron con algunos -o muchos- yuanes de más para invertir en su persona. Al mismo tiempo el siglo pasado -de la mano de las fabricas baratas chinas- ha visto una explosión de las manufacturas: pantalones chinos, remeras chinas, relojes, sombreros, contas, tijeras, a precios accesibles.
Por lo que hoy ser un exéntrico es un lujo que la clase media se puede pagar. Y el estilo está abierto, liberado. Así surgen las combinaciones más estridentes, esos raros peinados nuevos y las manicuras que se especializan en uñas de fantasía. Estos dandis han dado paso a una nueva palabra, ligeramente despectiva: tuhao. Los tuhao, o "adinerados incultos" según la jerga local, son los abanderados del consumismo que moviliza al mercado interno y son ridiculizados por sus gustos. Son ellos los consumidores de teléfonos dorados, costosos coches de colores llamativos y ropas de combinaciones exóticas. Los dandis también han sido incomprendidos y burlados o admirados o todo a la vez.
Como los tuhao: el término ha sido acuñado por los internautas chinos para designar una emergente clase social cuya característica principal es el gasto desmedido y el mal gusto. “Tu” significa inculto y “hao” significa rico. Son los nuevos ricos. Aquellos que se enriquecieron rápidamente pero no tienen las maneras. La palabra solía significar a los miembros de una familia campesina adinerada. Existe el término fuerdai, que es muy cercano y se usa para los jóvenes adinerados que viven del dinero de sus padres. Otra palabra cercana es baofahu, gente que se ha hecho rica rápidamente, o demasiado rápidamente. A tuhao suele contraponerse diaosi, que representa un fenómeno opuesto en China.
Diaosi designa a las personas con apariencia humilde y podría traducirse como “perdedor”. Los tuhao gastan su dinero de manera pueril. Son una expresión pura de la sociedad de consumo y suelen ser esclavos de taobao, portal de compras casi adictivo que tiene toda una colección de productos diseñados exclusivamente para ellos. Una buena parte de la industria de bienes del lujo se sustenta en los tuhao y sabe mimarlos inventando productos para sus (malos) gustos. Pero tuhao es antes que nada un estilo. Un estilo en el que prevalece el mal gusto y la ostentación. Teléfonos y hasta inodoros dorados, incrustaciones de perlas en la ropa, coches de colores extraños, pueden ser identificados rápidamente como tuhao. Podríamos asociarlo a nuestra definición de lo kitch.
El iPhone 5S dorado es un símbolo por excelencia del estilo tuhao. Inclusive se interpreta como un modelo producido exclusivamente para ellos. El smartphone dorado ha sido todo un éxito en China, en donde se agotó el primer día de lanzamiento. Cuando ya no quedaron iPhone color oro varias compañías lanzaron una pegatina de ese color para disfrazar de tuaho un teléfono común y corriente. Esta condena al lujo y a la ostentación va de la mano con la reciente campaña del presidente Xi Jinping de lucha contra la corrupción y el gasto excesivo.
A principios de este mes, Ma Linxiang, un funcionario de la ciudad de Qingheying, fue despedido del Partido luego de que se conociera la lujosa boda de su hijo. En ella habría gastado unos 260.000 dólares en tres días de fiesta. A pesar de que las investigaciones mostraron que no se habían utilizado dineros públicos en las celebraciones, la fiesta iba en contra de lo que está pregonando el gobierno. Ma Linxiang fue despedido de su cargo por tuhao.
El intenso dinamismo del lenguaje de internet ha ido contraponiendo términos para llamar a las distintas clases que aparecen en la emergente economía local. Anteriormente estaban las baifumei, chinas blancas, ricas y guapas, contra las tufeiyuan, término despectivo para aquellas mujeres sin una carrera prominente y no muy agraciadas. Están los yueguangzu -literalmente grupo de la luz de la luna- aquellos que llegan a fin de mes sin dinero. Y las shengnü, mujeres con carreras prometedoras pero que rondan los treinta sin haberse casado.
Así, un yueguangzu puede ser un diasi, y una shengnü podría ser tuhao. Entonces convendría hacer una distinción entre el tuhao y el dandi: el tuhao quiere mostrar su dinero, el dandi quiere mostrarse a sí mismo. Los dos quieren llamar la atención por su apariencia, pero un abismo los separa. El dandi surgió en un momento de expansión económica en Europa, el tuhao en un momento de expansión económica china. El dandi chino se viste de manera llamativa, pero no necesariamente lujosa. El tuaho, tristemente, quiere llamar la atención sobre lo que tiene. El dandi sobre lo que es.
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