El jueves de la semana pasada el estallido de una bomba en Urumqi, la capital de Xinjiang, causó la muerte de 39 personas. Este fin de semana el gobierno declaró haber encontrado a los sospechosos del ataque.
El pasado 22 de mayo una bomba estalló en Urumqi, la capital de Xinjiang. Murieron 39 personas y otras 90 resultaron heridas. El ataque tuvo lugar la mañana del jueves, a las 7.30, cuando dos vehículos se lanzaron contra la multitud en un mercado de la ciudad, al mismo tiempo que sus ocupantes lanzaban explosivos hacia los peatones. Los ataques ocurrieron en un mercado al aire libre cerca de Renmin Park, en el centro de Urumqi.
Momentos después de la explosión, el área fue acordonada por la policía y los heridos trasladados a un hospital cercano al lugar de los hechos, según informó Tianshan, un portal de informaciones en internet que depende del gobierno regional de Xinjiang. Las fotos publicadas en weibo por usuarios independientes mostraron las llamas y el denso humo que se observaron en las inmediaciones.
Se trata del mayor ataque en cinco años en la región del lejano oeste del país después de los disturbios del 5 de julio de 2009 en Urumqi donde murieron 197 personas y más de 1.700 resultaron heridas. Esta explosión se da en un momento de intensificación de los ataques terroristas en la zona.
El pasado miércoles 30 de abril tres personas murieron y 79 resultaron heridas en un ataque en una estación de tren en la misma ciudad. El gobierno responsabilizó rápidamente a grupos terroristas separatistas de la región aunque las investigaciones siguen abiertas.
El ataque se dio justo después de que el presidente Xi Jinping visitara la región. Durante la visita hizo declaraciones sobre el tema de los ataques que ha sufrido el país.“Se deben tomar medidas enérgicas y decisivas y mantener la presión contra los terroristas violentos envalentonados por la arrogancia”, señaló. “La batalla contra el separatismo en China también se basa en las personas de todos los grupos étnicos, que tienen que estar firmemente unidos.
También debemos confiar en los líderes religiosos patrióticos para que guíen a sus seguidores a mantenerse alejados del extremismo religioso”, agregó. 48 horas después de que el presidente diera esas declaraciones la bomba estalló en la estación de trenes de Urumqi y las pruebas determinaron rápidamente que se trataba de un ataque perpetrado por los grupos separatistas de la región.
La página de internet del gobierno de Xinjiang indicó al día siguiente que se trato de un ataque llevado a cabo por dos personas que murieron en el incidente y que estaban "largamente influenciados por pensamientos religiosos extremistas y participado en actividades religiosas extremistas".
Este fin de semana la policía informó que ha encontrado a identificado a cinco sospechosos del ataque. Los cuatro habrían muerto con la explosión de las bombas en la estación. Mientras que un quinto fue fue capturado por la policía el jueves en la noche, algunas horas después del ataque, en la prefectura de Bayingolin.
Los nombres de los sospechosos son Nurahmat Ablipiz, Memet Memtimin, Raghimjan Memet, Memtimin Mahmat y Ablet Abdukadir, todos relacionados, según lo informado por las autoridarides locales, con “grupos terroristas con profunda influencia de extremismo religioso”, en palabras de la agencia oficial Xinhua. Según el comunicado de la policía emitido el 24 de mayo.
Las cinco personas sospechosas formaron un grupo terrorista a finales de 2013. “Con el fin de llevar a cabo actividades terroristas, compraron materiales para producir explosivos así como vehículos. Fabricaron materiales explosivos y eligieron el objetivo de su ataque”, dice el comunicado.
Una imagen de la explosión publicada en weibo
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