China alquila el 5% de Ucrania

In by Andrea Pira

China y Ucrania firmaron un acuerdo por el cual el país europeo rentará durante 50 años tres millones de hectáreas al país asiático, territorio que equivale aproximadamente al 5% de su superficie total. Si bien China ya había rentado tierras cultivables en otros países del mundo, a la fecha este es el convenio más grande que se firma en este tipo de acuerdos.


Las relaciones económicas entre China y Ucrania alcanzaron su punto más álgido este año pues China se estableció como el segundo socio comercial de Ucrania con un intercambio comercial de 7.3 billones de dólares. Durante los primeros ocho meses de 2013 las exportaciones de Ucrania a China aumentaron en un 46,4% -en comparación con el año anterior-, mientras que las importaciones aumentaron un 9,2%, según reportó la agencia de noticias estatal china Xinhua.

En días pasados, el viceprimer ministro chino Ma Kai y el vice primer ministro ucraniano Serhiy Arbuzov asistieron a la segunda reunión del Comité Intergubernamental para la Cooperación entre China y Ucrania en Beijing. Ma elogió el sano desarrollo de las relaciones bilaterales, caracterizado por una confianza mutua de alto nivel. Mientras que Arbuzov aseguró que “Ucrania considera a China como un importante socio estratégico y está dispuesta a seguir avanzando en las relaciones bilaterales con el fin de enriquecer el contenido de la cooperación entre las dos naciones”, publicó Xinhua.

Para este año Ucrania planea exportar a China un total de cuatro millones de toneladas de granos, tras haber recibido 1.5 billones de dólares en marzo pasado. Además, en julio de 2012 las dos naciones firmaron un convenio que estipula el suministro de grano ucraniano a China durante un periodo de 15 años.

Aparte de los acuerdos firmados, la renta de tierras ucranianas se enmarca dentro de las políticas gubernamentales chinas que buscan alentar a diferentes empresas nacionales a invertir en el extranjero. La firma del convenio se llevó a cabo en julio, sin embargo sólo en días pasados la empresa china Xinjiang Production and Construction Corp (XPCC) publicó un comunicado de prensa dando a conocer la noticia.

"La velocidad de la urbanización en China es cada vez mayor, por eso la demanda en el consumo de alimentos es más grande y los precios internos de los cereales ya superaron los precios del mercado mundial. Por lo tanto China ha estado importando más y más granos”, dijo Ding Li, investigador sobre agricultura de la Consulting Anbound Group en Beijing, al diario South China Morning Post.

Además, con la firma de estos acuerdos el gobierno chino también busca generar más empleo para los chinos en el extranjero, según informa el comunicado de prensa emitido por XPCC.

Sin embargo, muchas voces de protesta han surgido en los últimos años debido a esta práctica que supone tácticas neocolonialistas. Corea del Sur, Estados Unidos, Arabia Saudita, los Emiratos Arabes Unidos e Inglaterra, también rentan territorios cultivables en otras naciones, siendo Africa el objeto principal de adquisición –Europa del este, América Latina y Asia completan la lista.

Según un reporte publicado por Transnational Institute (TNI) titulado Agrarian Justice 2012, entre el 0.7% y el 1.75% de las tierras agrícolas del mundo están siendo adquiridas por inversionistas extranjeros. China posee el 9% de las tierras agrícolas cultivables, sin embargo consume alrededor de una quinta parte del suministro total de alimentos.

Además ha realizado inversiones agrícolas considerables en otros lugares, sobre todo en América del Sur. Beidahuang -grupo de inversionistas agricultores del norte de China- adquirió 234.000 hectáreas para la producción de soja y maíz en Argentina. Por su parte, el grupo Chongqing Grain paga 375 millones de dólares por sus plantaciones de soja en Brasil y 1.2 billones por otra tierra en Argentina, destinada a crecer semillas de soja, maíz y algodón.

Para TNI “las formulaciones convencionales del problema, desde el punto de vista de quién controla la tierra misma y tiene el poder de decidir cómo se utiliza y con qué propósito, son temas que están relacionados con un cuestionamiento más amplio y profundo del modelo de desarrollo subyacente”. Por esto, otros países como Las Filipinas se han negado tajantemente a realizar este tipo de prácticas, pues “los materiales extraíbles y extraídos, el uso que se les da a ellos y a la tierra misma, su valor especulativo y los recursos naturales que contiene repercuten directamente en la evolución del problema”.

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