Digno de una película de Hollywood, esta es la historia del difamado ex-miembro del Politburó Político de China, Bo Xilai. El pasado 26 de agosto, después de 18 meses de espera para su juicio y 5 días de procedimiento judicial, la película parece haber llegado a su fin después de que la corte enunciara que “no habrá clemencia” con el acusado, posponiendo el veredicto hasta “una próxima fecha”.
Bo Xilai, hijo de Bo Yibo, uno de los denominados “8 Inmortales” del partido (el grupo de líderes de mayor peso político en China durante los 80 y 90), fue criado para ascender a la alta cúpula del gobierno chino. Propulsado por su impecable linaje político y apadrinado por el ex-Secretario General del Partido Comunista, Jiang Zenmin, Bo ascendió rápidamente los escalafones del partido, comenzando como gobernador de la ciudad costera de Dalian, luego ministro de comercio, miembro del politburó, y finalmente Jefe del Partido de la municipalidad de Chongqing. Chongqing es una de las 4 municipalidades de China—las otras son Tianjin, Beijing y Shanghai—con aproximadamente 30 millones de habitantes, es la más grande de las 4.
En 2009, Bo emprendió una voraz campaña en contra del crimen organizado de Chongqing. Entre 2009 y 2011, más de 5.700 personas fueron arrestadas y se confiscaron aproximadamente unos USD$11 mil millones de fondos ilícitos. Más allá de la magnitud de la barrida, lo más impresionante fue la numerosa cantidad de altos funcionarios de la policía y funcionarios públicos que fueron enjuiciados, todos miembros del partido comunista.
A su vez, Bo Xilai se convirtió en el principal promotor de la “Nueva Izquierda”, una tendencia política en China compuesta por maoístas y conservadores desilusionados con las reformas económicas pro-mercado y la desigualdad social que han generado en el país. Bo, fluido en retórica maoísta, constantemente promovía una imagen de nostalgia por revivir la “moral tradicional comunista”.
Para mediados de 2011, Bo se había convertido en una de las figuras políticas más importantes de China y uno de los favoritos a convertirse en miembro del próximo Comité Permanente del Politburó del Partido—el grupo de dirigentes máximos en China. Todo cambió en febrero de 2012 cuando Bo se vio envuelto en un escándalo político que lo involucraba en casos de corrupción, sobornos, adulterio y hasta en un asesinato aparentemente cometido por su esposa, Gu Kailai.
El sismo político comenzó luego de que el entonces jefe policial de Chongqing y mano derecha de Bo en la lucha anti-corrupción, Wang Lijun, huyera al consulado de EEUU con evidencia del presunto involucramiento de la esposa del alto funcionario chino en el asesinato de Neil Heywood, un empresario inglés.
El escándalo desencadeno una serie de investigaciones oficiales que sacaron a relucir múltiples casos de malversación de fondos y corrupción involucrando a Bo y sus allegados. Bo fue consecuentemente destituido y expulsado permanentemente del partido, quedando vetado de asumir cualquier cargo público. Después de las convicciones el año pasado de Gu Kailai por asesinato y Wang Lijun por desertar al consulado de EEUU, Bo Xilai se presentó el pasado 22 de agosto en la Corte Popular Intermediaria de Jinan, en la provincia de Shandong, para un juicio de 5 días de duración. Los procedimientos del juicio fueron transmitidos vía “tuits en vivo” por medio de actualizaciones en la cuenta oficial de weibo de la corte de Jinan. Para el final del juicio, la cuenta obtuvo más 500 mil seguidores.
Bo permaneció firme en la defensa de su inocencia. Según las transcripciones presentadas en la cuenta de weibo, Bo se refirió a las declaraciones en su contra por parte de su esposa y ex–jefe policial como “ridículas”. De igual forma refutó su previa confesión escrita donde reconocía los cargos de soborno por parte de Tang Xiaolin y Xu Ming, dos magnates chinos cercanos a Bo: “si es verdad que escribí una declaración el 26 de julio cuando estaba siendo investigado en relación a Tang Xiaolin, pero le he dicho a la corte antes del juicio que: número uno, escribí esa declaración bajo presión inapropiada; segundo, existían claros elementos de preguntas capciosas”, le expresó Bo a la corte.
La decisión por parte de las autoridades chinas de hacer pública la transcripción del juicio en weibo no tiene precedentes, siendo muy sorprendente dada la naturaleza política del caso de Bo. De acuerdo con una reciente publicación del periódico hongkonés South China Morning Post, el blog en vivo “le ha dado una plataforma a Bo para montar una enérgica defensa en público, aunque siempre dentro de los confines ya dictados por las autoridades”. He Weifang, profesor de la Universidad de Beijing, dijo en una reciente entrevista con el New York Times, “este es el juicio más abierto de su tipo, sin duda el más abierto entre los que hemos visto recientemente. Juzgando por su discurso y escogencia de palabras, (Bo) pareciera estar hablando libremente.” Pero después de todo, agrega He, “toda la corte es controlada desde Beijing.”
De acuerdo con Zhang Sizhi, un prominente abogado quien defendió a la esposa de Mao Zedong, Jiang Qing, en el famoso caso de la “Banda de los 4” en 1980-81, “el blog en weibo de la corte aparenta ser un intento inusual por el nuevo liderazgo de promover transparencia y ofrecerle al público acceso a un caso de gran importancia, sin embargo, todo el ajetreo no es más que un espectáculo político diseñado para impulsar la imagen del nuevo liderazgo en casa y en el extranjero, no para promover un estado de derecho”. El juicio concluyó el pasado 26 de agosto sin un veredicto final, sin embargo, la corte dejó clara su eventual decisión: “los crímenes del acusado son extremadamente graves y se rehúsa a confesar, por lo tanto no hay espacio para la clemencia y debe ser castigado severamente”.
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