El puerto de Kirkenes en Noruega había sido durante años casi olvidado. La población de su ciudad -5000 habitantes- subsistía gracias a la pesca y se encontraba aislada. Ahora, con el despertar de la economía china asiste a una renovación inesperada.
En Kirkenes los días y las noches pueden durar meses y aunque es la principal comuna de la región de Sor-Varanger cuenta apenas con 5000 habitantes y su actividad portuaria era casi inexistente. Sin embargo el crecimiento chino la ha convertido en una ciudad con nueva vida. Ahora se encuentra a la espera de los barcos provenientes desde China y Corea del Sur.
La región es una de las más ricas de Europa en materias primas de las que China tiene una enorme demanda como el hierro, el cobre y los hidrocarburos -contiene el 30 por ciento de las reservas mundiales de gas, aunque su costo de extracción es muy elevado-. Kirkenes es además el puerto europeo más cercano a Asia del Noroeste.
Sin embargo, también tiene serias dificultades. El frío extremo que congela sus aguas no ayuda a la explotación de sus recursos naturales y la vía marítima del extremo oriente suele encontrarse bloqueada por los bancos de hielo. El calentamiento global ha hecho que estos bancos de hielo se desplacen hacia los polos, facilitando el paso desde Asia a Kirkennes.
La mina a cielo abierto de Bjornevatn será una de las principales beneficiadas del nuevo comercio con China. Al finalizar la guerra fría, los costos de extracción del hierro eran demasiado elevados. Ahora que la demanda China ha relanzado el precio del hierro, esa extracción vuelve a ser rentable. Kirkenes depende para consolidar este crecimiento de Rusia, poseedora de la mayor parte de las riquezas mineras y de las reservas de hidrocarburo del mar de Barents incluyendo la península de Yamal, en donde se encontraría la mayor reserva de gas del mundo.
Los dos actores -con sus enormes diferencias-necesitan atraer inversores y mantener el buen entendimiento en la región, por lo que ya han firmado varios acuerdos desde 2010. Mientras que Moscú se muestra decidida a equipar la ruta del Norte con toda la infraestructura necesaria, Kirkenes propone un puerto “no ruso” en la región, es decir un puerto en donde se podrá escapar a la pesada burocracia que impone la gran potencia vecina. Con todo, la relación entre Kirkenes y Moscú siempre ha sido amigable. En 1944 fueron los soviéticos quienes liberaron a la ciudad de los nazis y eso no lo olvidan fácilmente los habitantes de la región.
Actualmente el 10% de los habitantes son rusos. En Kirkenes A muchas calles de tienen su nombre en ruso y desde mayo de 2010 los habitantes de la región ya no necesitan Visa para circular en una zona de 30 kilómetros de un lado y otro de la frontera. En los años 90 Kirkenes dependía exclusivamente de Rusia, que la utilizaba como puerto para los barcos de Mourmansk. Ahora, con la nueva ruta marítima, el puerto espera a otra potencia.
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