Aunque China tiene su propio día de los enamorados, San Valentín cada vez logra mayor reconocimiento en las prácticas chinas. Muy al estilo occidental, se dan regalos, reservan cenas románticas y hasta salen promociones de lujo en hoteles cinco estrellas. Y aunque otras celebraciones occidentales han cobrado también su espacio, como la Navidad o Halloween, el San Valentín tiene una razón más: cada vez hay más amores entre occidentales y chinos.
Hace unas décadas, el amor entre occidentales y chinos era una unión casi imposible. Desde la familia hasta las autoridades, buscarían como frenar el amor. El extranjero podría ser incluso tildado de espía.
Pero hoy, después de casi 30 años de apertura y una presencia mayor de extranjeros, es común ver relaciones interraciales, basadas realmente en el amor. Así queda constatado en los cortos “EU-China Love Links” (中欧合璧) lanzados en el reciente Festival de cine de la Unión Europea en China.
Los cortos, dirigidos por Jason Lee Wong (EE.UU.) y Janek Zdzarski (Polonia), fueron patrocinados por la Delegación de la Unión Europea en China. La serie está formada por diez historias de amor entre chinos y europeos que demuestran “que es posible que el amor trascienda la distancia y las culturas”, según Wong.
Las historias muestran que hay grandes obstáculos, como son la barrera del idioma, los estereotipos y los prejuicios, pero si hay empeño no se convierten en impedimentos en la relación.
Las parejas
“El amor a veces significa estar lejos de quienes amas, estar lejos de tu tierra”, comenta Arnulf, uno de los protagonistas de, al inicio del documental que retrata su vida con su esposa china Lisa.
Tal fue el caso de Qin (阿 覃) una estudiante de arte que en 1999 pidió a su compañero checo, Jiri Straka que viniera a su pueblo para el Año Nuevo chino. No imaginaba que ese viaje cambiaría el curso de su vida. Trece años más tarde, ella y el artista están casados y tienen un hijo. Ahora son propietarios de una galería sino-checa en la comunidad artística de Songzhuang, en China.
Jiri pinta acuarelas de estilo chino desde una perspectiva occidental, mientras que Qin dice que sus cuadros también son influenciados por el arte checo. “Esa es probablemente la principal razón por la que nuestro matrimonio ha funcionado, porque cuando se trata de arte, hablamos el mismo idioma”, comenta sonriente.
Una historia similar es la de Kitty Yang (杨紫伊) quien luego de trabajar doce años en Beijing llevando una vida monótona y de ser particularmente recelosa con los extranjeros, recibió una invitación de Koldo, un español, para escalar las montañas de Guilin. Años más tarde, ella confiesa que iría con él, quien ahora es su esposo, a cualquier parte del mundo. “Cuando esa persona empieza a confiar en ti, sientes que va a confiar para siempre”, menciona Koldo.
“La Unión Europea se me acercó para crear videos sobre las relaciones europeas y chinas”, explica Wong, “así que pensé: si se puede ver a dos personas de diferentes partes del mundo superarando sus diferencias y amándose, sería un gran ejemplo de cómo la gente, no sólo en el amor, sino en cualquier tipo de relación intercultural puede llevarse bien y entenderse”.
Ambos directores dicen que querían mostrar relaciones sinceras, originales y dinámicas. “Después de la considerable cantidad de tiempo que pasamos con ellos, podemos ver que cada pareja es única”, dijo Zdzarski.
En los videos también vemos a Harrison del noreste de China y a Jehanne su esposa belga, pilares de la comunidad de diseñadores de Beijing; a Lisa de Jiangxi y a Arnulfo su esposo austriaco, quienes permitieron que su boda fuese filmada para el documental, y al más popular: el pekinés Ai Jing (“AJ”) y su novia Natalie del Reino Unido, cuya historia ha tenido más de 18.000 visitas en Youku (plataforma de videos china) y en Vimeo, desde su lanzamiento.
“Mis padres no dijeron nada hasta el día anterior. Luego me preguntaron: ¿De verdad quieres a este chico?”, comenta Natalie, luego de presentarles a su novio pekinés AJ.
Uno de los momentos emotivos de ese corto es la entrevista con los padres de “AJ”, quienes explican como anteriomente, por razones históricas, era inconcebible una relación entre chinos y extranjeros porque incluso les era prohibido hablar con los foráneos. Pero rápidamente señalan que no se trata de una diferencia étnica. “Lo único importante son sus propias vidas”, comentó en el corto el padre de AJ.
Por supuesto, ninguna de estas parejas diría que el amor intercultural no presenta desafíos.
Kitty Yang (杨紫伊, Yang Ziyi) y su marido Koldo Aguirre Montiel de España, abandonaron la rutina de Beijing por el ritmo relajado de Guilin, al sur de China. “Si tenemos un problema, él quiere usar la manera ‘española’ de resolverlo y yo, la manera ‘china’. Él siempre pensará que tiene razón y yo, que yo la tengo. ¡Así solíamos perder mucho tiempo!”.
Aguirre Montiel apunta a otro desafío: las relaciones familiares. “En España, los padres no tienen voz ni voto”, explica. "Mis padres, por ejemplo, nunca me preguntan cuándo voy a tener hijos. En China, por el contrario, es una de las cuestiones más esenciales. Mi abuela nunca se mete en mi relación, pero aquí, los abuelos siempre tienen que dar su opinión y quieren ver cómo va todo”.
El director Wong, un chino nacido en Estados Unidos, dice que trató de mostrar la belleza de China y Europa no sólo a través del amor, sino también de todas las relaciones interculturales que “no son precisamente fáciles”.
“No importa la raza, ni la cultura, siempre pueden entenderse muy bien el uno al otro”, dice Wong, quien se encuentra él mismo en una relación intercultural. “Con alguien de una cultura diferente, no tienes el mismo lenguaje corporal ni las mismas bromas, por lo que hay que vocalizar realmente las emociones y comunicar claramente los sentimientos. De esta manera, los pequeños problemas no se convierten en grandes problemas”.
En EU-China Love Links, cada pareja demuestra sus propios métodos para superar esos desafíos.
“Como se muestra en los videos, no importa cuán diferentes sean las culturas, hay un entendimiento, siempre y cuando haya confianza”, añade Zdzarski.
Para Qin, la clave está en su interés por la cultura del otro. “Jiri realmente sabe mucho de arte chino, la historia y la cultura. Así que en realidad se puede aprender sobre la cultura china a través de él, porque él lo ve de una manera diferente a como lo hago yo”. Por otro lado, dice, “es muy importante para mí presentar a los chinos cosas sobre la República Checa y la cultura europea, y ofrecer a la gente de aquí una comprensión más profunda de esa cultura".
Yang menciona que ella y Montiel Aguirre han desarrollado una regla: cualquier disputa que puedan tener en un día, tiene que ser resuelta antes de la medianoche. “De esa manera, siempre iniciamos el día siguiente sintiéndonos bien”.
Para Montiel Aguirre, la solución es simple: “Hay mucho amor entre nosotros, y cuando lo hay, tienes que encontrar una manera de hacer que todo funcione".
Para los que están en China, acá podrán ver los videos en Youku.
Una versión de este artículo fue preparado para el boletín mensual de la Unión Europea, producido por China Files.