El desarrollo económico de China enfocado en las manofacturas, su comparativamente reducido territorio cultivable y su inmensa población hacen dudar de que sea una nación plenamente autosostenible en sus necesidades alimentarias. Esto se ha convertido en una gran oportunidad para América Latina y Argentina, Chile, Perú y Brasil ya han buscado proponerse como constantes proveedores de alimentos para China. El profesor mexicano Raúl Netzahualcoyotzi Luna confirma la necesidad de China de acercase a Latinoamérica para suplir sus necesidades alimentarias.
Si bien el texto del profesor Netzahualcoyotzi no aborda en profundidad la potencialidad del sector alimenticio en China para los productores de América Latina, resaltamos su texto pues es una ratificación de las oportunidades para unos productos en los que la región puede ser altamente competitivo.
Geopolítica y alimentos: China y América Latina
No podemos afirmar que América Latina, como subcontinente sea una sola unidad política y económica actual ni en un futuro próximo. Este conjunto de países, representan una diversidad histórica y cultural en un espacio geográfico de norte a sur muy extenso. Las diversas regiones (Centroamérica, Caribe, Sudamérica) y subregiones (andina, amazónica, insular) por sí mismas si tienen proyectos que han comenzado a ser exitosos como Mercosur.
Desde una perspectiva entre Estados Unidos y la región se puede señalar que: México, América Central y el Caribe representan sólo un tercio de la población total de América Latina y el Caribe (ALC), pero casi la mitad de la inversión estadounidense en la región latinoamericana, más del 70% del comercio interamericano, casi el 60% de la presencia bancaria estadounidense y alrededor de 85% de la inmigración del Hemisferio Occidental en Estados Unidos.
En conjunto, las naciones del Mercosur representan 45% de la población de ALC, casi el 60% del PIB de ALC, más del 40% de la inversión estadunidense en ALC (cifra que va en aumento), pero menos del 15% del comercio entre Estados Unidos y América Latina. Las convulsionadas naciones de la región andina representan el 22% de la población latinoamericana, apenas 13% de su PIB, alrededor de 10% de la inversión estadounidense, menos del 15% del comercio entre Estados Unidos y América Latina (Lowenthal, 2006).
Para Jian Shixue, el acercamiento en los últimos años de China en América Latina obedece a varias razones estratégicas: la primera es que, al tratarse de países en desarrollo, China encuentra políticamente necesario estar junto a América Latina en la lucha por el establecimiento de un orden internacional justo, desde la perspectiva del multilateralismo.
Segundo, con el propósito de reducir la dependencia comercial respecto de EEUU y otros países desarrollados, China ha intentado profundizar sus relaciones económicas con América Latina en su comercio e inversiones. No menos importante es que China desea ganar acceso a los ricos recursos naturales por sus propias necesidades urgentes.
Tercero, en el proceso de avanzar hacia una economía de mercado, China necesita tomar lecciones y experiencias de América Latina.
Los cambios políticos y económicos en China entre 1995 y 2002, modificaron el gasto per cápita de alimentos, este rubro internamente creció un 29 por ciento en la población urbana y un 10 por ciento en la rural. La lógica del aumento del gasto en alimentos ha crecido en menor proporción que el ingreso y el consumo total, de este modo en el mismo periodo el consumo de alimentos en el gasto total disminuyo de 50 por ciento a 38 por ciento en la población urbana y de 59 a 46 por ciento en la población rural.
Los cambios en la composición de la demanda de alimentos, está ligado al incremento en el ingreso per capita que ha permitido a la población urbana como rural un mejoramiento de la dieta debido a los procesos de modernización, al pasar a un proceso de occidentalización y cambiar el consumo de proteínas vegetales a las animales.
A pesar de la importancia que tiene China para el mercado mundial de productos agropecuarios y alimentos, la participación de su comercio exterior en exportaciones, están basadas principalmente en manufacturas, maquinarias y vehículos de transporte y en importaciones de productos químicos, petróleo, acero y metales no ferrosos; los principales rubros originados en el sector agropecuario llegaron a menos del 10% en 2002. A pesar de un porcentaje menor en la demanda de alimentos, podemos señalar que en la próxima década la República Popular de China se está transformando en un actor de significativa magnitud en el mercado mundial agroalimentario. Este papel lo tendrá que ir cubriendo paulatinamente para garantizar el abasto de alimentos de una población superior a los un mil 300 millones y un gran déficit, al contar solamente con una superficie agrícola (10 por ciento de su territorio) que supera los 550 millones de hectáreas.
Para seguir leyendo aquí.
Este artículo fue publicado en el Observatorio Laboral Revista Venezolana.
*Raúl Netzahualcoyotzi Luna es profesor-Investigador titular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en el área de Relaciones Internacionales.
Foto de Elizabeth Thomsen.
Lee otras entradas en Sinología:
China pide paso. De Hu Jintao a Xi Jinping
Los préstamos chinos en América Latina
Diálogo y cooperación entre China y América Latina ante los nuevos desafíos de la economía global
Las inversiones chinas en América del Sur
La dinámica del poder blando chino en los países andinos del siglo XXI
Los 40 años de relaciones diplomáticas, una segunda oportunidad para México en China
Políticas chinas de comercio exterior e inversión extranjera y sus efectos
China y el giro estratégico de EEUU en Asia-Pacífico. América Latina: ¿A dónde va?
¿Cómo puede Chile atraer una mayor inversión extranjera directa (IED) de China?