A Wen Jiabao le dicen de cariño “baobao”, como se le dice a los bebés o a las personas que tienen cara dulce y tierna. “Baobao” es la línea suave del gobierno chino; es el líder que sonríe, que acaricia y que abraza –algo extraño en la sociedad china– y que se opone a la gran mayoría de los líderes tecnócratas chinos, quienes pocas veces transmiten simpatía. Como premier y número tres del Partido, Wen cultivó un perfil de líder que abogaba por la implementación de reformas políticas y económicas, aunque deja el poder sin haber podido impulsarlas.
Nació en septiembre de 1942, en Tianjin. Fue a la misma escuela que el difunto premier Zhou Enlai, con quien se le compara constantemente debido a su carácter cercano al ciudadano de a pie. Obtuvo un posgrado de especialista en estructuras geológicas, y su primer trabajo fue en Gansu, una provincia del centro del país. Será aquí donde conocería a su esposa, Zhang Peili, también geóloga y experta en piedras preciosas.
A principios de los ochenta, como la gran mayoría de los políticos de su generación, es nombrado en un cargo en la capital, después de haber sido “descubierto” por el entonces secretario general Hu Yaobang. Pasó a ser jefe de la Oficina de Asuntos Generales del Partido, lo que los chinos suelen llamar un “ascenso en helicóptero”. Desde este importante puesto supervisaría las actividades de todos los miembros del Partido a nivel nacional.
En 1989 se alinearía con una política más tolerante hacia las protestas estudiantiles, lo que lo llevará a visitar la plaza de Tian’anmen junto a Zhao Ziyang. Tras la purga de Zhao y la represión de la protesta, el hecho de que Wen haya sobrevivido políticamente a estos hechos lo hace un caso especial dentro del panorama de la política china. También ostenta un record no menor: es el único miembro del Politburó en la historia del Partido comunista chino en haber servido a cuatro secretarios generales diferentes: Hu Yaobang, Zhao Ziyang, Jiang Zemin y Hu Jintao.
Su cintura política le permite abrirse paso ante la llegada de la Clique de Shanghai, la facción del ex presidente Jiang Zemin, después de Tian’anmen, al mismo tiempo que sus capacidades intelectuales son notadas por el vice primer ministro Zhu Rongji, quien lo hará dará puestos de cada vez más responsabilidad, nombrándolo a cargo del Grupo Especial de Agricultura, desde donde debía analizar la situación de la agricultora a nivel nacional, y más tarde poniéndolo a la cabeza de la institución estatal que debía supervisar todas las actividades bancarias, especialmente las de los bancos estatales. Su desempeño en estos puestos lo van señalando como un burócrata por encima de la media, lo que junto a su temprana relación con Hu Jintao, a quien ayudó a acceder al Politburó a la muy temprana edad de 49 años en el Congreso de 1992, le abren las puertas del poder en la China que despierta de nuevo a mediados de los años noventa.
Es nombrado primer ministro en 2003, sucediendo a Zhu Rongji. Desde este puesto se forja una imagen pública de líder que vive, siente y entiende las necesidades del pueblo. El primer ministro se ha forjado una imagen pública de líder que vive, siente y entiende las necesidades del pueblo. Aún hoy se recuerda cómo el premier chino fue de los primeros líderes que se desplazaron hasta las zonas afectadas por el terremoto de Sichuan en 2008. En ese momento su imagen se catapultó como uno de los pocos líderes que entendían a la sociedad china y que le gustaba departir con ellos. En sus giras –incluso aquellas internacionales– Wen se puede ver jugando baseball, pintando con los niños, hablando con los ancianos o felicitando a un deportista. Hasta el punto de ser considerado por algunos como un “populista”, que se puede permitir el hecho de solicitar públicamente liberalización dentro del gobierno, democracia o reformas judiciales, o estratégicamente el Partido se lo ha permitido para mostrar una faceta conciliatoria.
Dentro del Partido pertenece a la facción que tien sus raíces y parte de su base de poder en la Liga de la Juventud Comunista o tuanpai (Facción de la Liga, en chino), en general opuesta a la de los elitistas del círculo de Jiang Zemin y los “principitos” descendientes de la primera generación de líderes comunistas. En general, los tuanpai se formaron en la China rural y en las provincias del interior, de ahí que estén muy pendientes del pulso del campesinado, los trabajadores migrantes y los desempleados. Para ellos el Estado debe continuar con las políticas de apertura que se iniciaron en los años ochenta, en particular en el sector financiero, al tiempo que crea los andamios necesarios para amortizar las desigualdades sociales a lo largo y ancho del país.
Sin embargo, la imagen pública de Wen sufrió un golpe duro con la extensa investigación publicada por el New York Times este mes, que presenta la faceta de negociantes de sus familiares. El diario logró acceder a documentos fiscales que demuestran que la familia extendida de Wen tiene una fortuna avaluada en unos 2.700 millones de dólares, amasada a lo largo de los 14 años desde que Wen llegó al poder como vicepremier en 1998.
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