Ai Weiwei ya no es la personalidad más influyente en el mundo del arte. Pese a que este año le vio relativamente alejado de la atención mediática, el artista y activista aún figura en el tercer lugar de la lista anual de la revista británica ArtReview que encabezó hace un año, comprobando que su estrella sigue intacta. Por encima suyo sólo figuran la curadora Carolyn Christov-Bakargiev -la primera mujer en ocupar el primer lugar- y el galerista Larry Gagosian.
El año pasado Ai Weiwei había copado las portadas de los principales medios de todo el mundo, con su detención por supuesta evasión fiscal, su multa millonaria pagada con contribuciones de sus defensores y sus críticas sobre el estado de cosas en China. Este año fue muy diferente para Ai, que aparte de su documental Ai Weiwei: Never Sorry, había figurado poco hasta sus cuestionamientos de la selección de Mo Yan como premio Nobel de literatura.
Fue sin embargo un año productivo para Ai en el terreno artístico. Su primera retrospectiva en Estados Unidos abrirá en pocos días en el Museo Hirshhorn de Washington, para cuya inauguración el artista no podrá viajar debido a que las autoridades chinas aún retienen su pasaporte. Este hecho también le ha impedido comenzar a trabajar como profesor invitado en la Universidad de Artes de Berlín. Y sus obras han alcanzado precios récord en el mercado: un puñado de las semillas de girasol de porcelana que realizó para la Tate alcanzaron las 480.000 libras esterlinas, el mayor precio pagado por una creación suya.
“Es inútil discutir si es el arte de Ai Weiwei o su aparición ante los medios y su blog en Internet lo que lo convierten en una voz tan influyente. Él no hace esa distinción y nosotros tampoco. Es sencillamente refrescante encontrar arte que provea una plataforma para un compromiso sociopolítico activo -y ojalá efectivo- con el mundo”, escribía ArtReview sobre Ai.
A pesar de la importancia que han adquirido el arte chino y el mercado chino de arte, Ai Weiwei es el único chino en una lista donde ocupan los principales lugares galeristas, coleccionistas, curadores y otros moldeadores del mercado, pero mas bien pocos artistas. Aparte de Ai Weiwei, el único otro artista en el top 10 es el alemán Gerhard Richter. Y en el 25, la fotógrafa estadounidense Cindy Sherman. Los únicos latinoamericano en la lista es la venezolana Patricia Phelps de Cisneros, la más importante coleccionista de arte de la región; el mexicano Cuauhtémoc Medina, investigador de la UNAM y primer curador de arte latinoamericano de la Tate; y el brasilero Bernardo Paz, magnate de la minería y mayor coleccionista de Sudamérica.