Desde hace tres años la capital china alberga el Beijing Design Week, un multimillonario proyecto del gobierno chino para pasar del “made” al “designed in China” y para posicionar a Beijing como centro internacional del diseño. Este año participan por primera vez varios arquitectos y diseñadores latinoamericanos. Para no perderse, la instalación con vasos de yoghurt del arquitecto mexicano Rolando Rodríguez Leal, el pabellón de los diseñadores brasileros -y hermanos- Campana y la instalación artística del artista japonés Shinpei Takeda, afincado en México desde hace una década. Termina el sábado 6 de octubre. En el tradicional barrio de Dashilar, al sur de la Plaza de Tiananmen, se encuentran dos de los proyectos latinoamericanos. Primero, el pabellón diseñado in situ por los hermanos brasileros Fernando y Humberto Campana, uno de los dúos más reconocidos en el mundo del diseño e invitados de honor al Design Week este año. Su pabellón de caucho verde en Dashilar es un buen ejemplo de sus muebles y objetos en materiales tradicionales como fibra de coco y modernos como muñecos de peluche o residuos de goma, una estética que el Museo de Artes Decorativas de París bautizó como “barroco rococó”.
En una esquina de una vieja fábrica también en Dashilar, en el espacio formado por una escalera, se alza una de las intervenciones más admiradas de toda la Design Week. A lo largo del techo que recubre la escalera se descuelga una estructura blanca y sinuosa que parece descender sobre el espectador a medida que recorre el espacio, formada por cientos de los vasos de porcelana en los que se sirve el yoghurt casero en los tradicionales hutong pequineses. La instalación luminosa, titulada “Milkywave”, es una creación del Aidia Studio, integrado por la arquitecta polaca Natalia Wrzask y el arquitecto mexicano Rolando Rodríguez Leal.
Rodríguez Leal fue uno de los responsables de abrir la oficina pequinesa de Zaha Hadid Architects, para desarrollar los dos millonarios complejos residenciales y de negocios -Soho Wangjing y Soho Galaxy- que construye actualmente la británica-iraquí en la capital china. Venía de trabajar con el uruguayo Rafael Viñoly y con el británico Norman Foster en el Mandarin Oriental de Ciudad de México.
Y por un lado más artístico está el proyecto pequinés del artista y documentalista japonés Shinpei Takeda, afincado desde hace ocho años en Tijuana. Su instalación “Alpa Decay 7: To erase memory” se exhibe en TJinChina, la única galería de arte latinoamericana en China, situada en el distrito artístico de Caochangdi que desarrolló hace algunos años el célebre Ai Weiwei. En esos ocho años Takeda se ha dedicado a viajar por toda América Latina, buscando a los sobrevivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki que emigraron a la región para conversar con ellos.
A partir de sus testimonios, ha realizado una instalación en la que se sumerge de manera muy personal y lírica en las memorias personales de sus entrevistados. Lo hace proyectando estos testimonios en un computador y luego pintando las ondas auditivas, con toda su gama de emociones y ritmos, utilizando una técnica que recuerda tanto la caligrafía oriental como el action painting de Jackson Pollock en el suelo. El resultado es un enorme cuarto, cuyas paredes, techo y suelo han sido tapizadas con estos “testimonios en espectrogramas”.
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