Ante el anuncio de la expulsión del Partido Comunista de China del controversial Bo Xilai y el inicio de un proceso judicial en su contra, las declaraciones a favor y en contra de la decisión no se hicieron esperar. Especialmente activa estuvo la nueva izquierda china, quien veía cómo su máximo candidato a la cúpula del gobierno terminaba expulsado y lamentaba lo que interpreta como una decisión del Partido de bloquear "una agenda de izquierda" en el país.
El viernes, poco antes de que iniciara la semana de vacaciones de otoño para celebrar el aniversario del nacimiento de la República Popular de China, el Gobierno dio a conocer el destino de Bo Xilai y – de manera simultánea – la esperada fecha del XVIII Congreso en el que se oficializará la transición de la cuarta a la quinta generación de líderes que gobernarán el país en los próximos años.
Fueron la agencia de noticias Xinhua y la edición de la noche del noticiero estatal CCTV los encargados de anunciar que Bo Xilai oficialmente era expulsado del Partido Comunista chino, que se le prohíbe ocupar cargos públicos y que pronto será llamado a responder por sus crímenes ante un tribunal de justicia. Sumado a la caída del personaje más carismático de la historia reciente de China, se informó que el 8 de noviembre comenzará el XVIII Congreso Nacional del partido, donde se nominarán los próximos integrantes del Buró Político y de su selecto Comité Permanente.
Los medios de comunicación occidentales dieron amplio cubrimiento al destino del hijo de Bo Xilai, Bo Guagua, quién reside actualmente en los Estados Unidos y ha vivido la difícil coyuntura de ver -en cuestión de pocos meses- a su madre condenada a cadena perpetua y su padre a las puertas de una condena igualmente severa. Guagua habló directamente del tema, por primera vez, en las redes sociales: “Es difícil para mí creer las acusaciones en contra de mi padre, porque no concuerdan con todo lo que he aprendido hasta ahora sobre él… A pesar de que sus políticas siguen siendo objeto de debate, el padre que conozco es fuerte en sus convicciones y dedicado a sus responsabilidades.”
Para promover la unidad nacional y proteger la “armonía” que se promulga desde altas esferas de poder, la prensa china citó a diferentes ciudadanos expresando sus opiniones favorables sobre la sedición del partido sobre el caso Bo Xilai, respaldando la “clara y decidida determinación del PCC para luchar contra la corrupción” y que “cualquiera puede ser investigado y castigado si viola la ley y la disciplina de partido, sin importar quiénes estén involucrados o qué tan grande sea el poder de él o de ella”, como señala Xinhua.
El South China Morning Post hongkonés siembra la duda sobre si es o no definitiva la fecha designada para el Congreso del partido, y plantea que puede ser una propuesta momentánea hasta que finalice el proceso en contra de Bo Xilai, que tendrá lugar antes de la apertura del Congreso, un análisis que no muchos comparten. El diario además ofrece un resumen de las reacciones en la web de algunos partidarios de Bo Xilai, la llamada nueva izquierda o los “neo-maoistas”.
Muchos de ellos estarán de "luto" porque el Partido una vez más bloquea -a su juicio- la "agenda izquierdista" por medio de la caída del "principito". Este sector fue el único en señalar explícitamente que los "presuntos delitos" cometidos por Bo, no son más que una forma de frenar "su capacidad para devolver a China al camino político de Mao Zedong".
Jianhui Mao, un partidario de la nueva izquierda, pero no políticamente vinculado a Bo Xilai, escribió: "las denuncias reportadas por Xinhua no son nada, muchos otros altos funcionarios han hecho mucho peor […] Seguimos apoyando a Bo, porque él era un líder que se atrevió a hablar a las masas y que cree en ayudar a los pobres. Como nos ha enseñado Mao Zedong ".
De hecho, la nueva izquierda, vio en Bo una oportunidad para reducir la brecha creciente entre ricos y pobres en China acrecentada por el "pensamiento capitalista" de Deng Xiaoping.
Otro prominente miembro de la Nueva Izquierda, Guo Songmin, escribió en su microblog que los cargos contra Bo muestran que China se enfrenta a un "futuro incierto". Sima Nan, un comentarista político muy conocido en la izquierda que elogió la "campaña roja" y el "modelo de Chongqing", expresó su convicción de que Bo es víctima de un complot para acabar con él y sus políticas populistas. También dijo que el Partido Comunista no fue capaz de dar ninguna razón ideológica o política para su expulsión del Partido. “Las acusaciones – explica -. Sólo se centran en el dinero en el bolsillo y las mujeres en la cama. Sí, hay problemas, pero el dinero y las mujeres son dos buenas razones para golpear al líder?”
La mayoría de los partidarios Bo y de la "China Roja", publicaron comentarios en el portal de la Nueva Izquierda llamado Utopia, cerrado en abril, después de la caída del Bo. "Uno de los principales miembros de la dirección del partido en el poder se transformó de repente en un demonio", decía uno de los comentarios. Y de nuevo: "El pueblo chino llora por ti".
Era apenas previsible que el sitio China Red sea ahora inaccesible desde la web china.