China da un paso más en la conquista de la luna. El sábado, a 1.600 kilómetros de Pekín, en el Centro de lanzamiento de satélites Jiuquan en medio del desierto de Gobi, despegó la nave Shenzhou 9 (Buque divino en mandarín).
Mientras Estados Unidos recortó el presupuesto para sus misiones humanas, cancelando el programa de transbordadores espaciales por un déficit presupuestal, y al tiempo que Rusia ha perdido su capacidad científica con un record de fracasos en los últimos años, China le apostó a llevar a tres ‘taikonautas’ (taikong significa espacio, en mandarín) al espacio y la primera vez que lleva a una mujer.
Jing Haipeng , Liu Wang y Liu Yang hacen parte de la cuarta expedición humana de China. Pero esta vez, será la primera vez que los chinos realicen un acoplamiento manual, uniendo el shenzhou9 con la base modular Tiangong1 (Palacio celestial) y que dos taikonautas entren y permanezcan durante diez días en la base. Será también la primera vez que China ponga en el espacio a tres astronautas durante 13 días.
El camino a la luna
Cuando Mao Zedong fundó la República Popular China, el mundo estaba empezando una carrera espacial. Estados Unidos y la Unión Soviética se disputaban el primer lugar en avances espaciales militares. Todos querían llegar a la luna y China no podía quedarse atrás. En 1967, Mao Zedong y el primer ministro Zhou Enlai decidieron que, además de desarrollar un sistema de misiles balísticos y nucleares, China debería tener su propio proyecto espacial tripulado. Ellos también querían poner su bandera en la luna.
En ese entonces, China estaba apenas pensando como sacar a su población de la pobreza pero eso no fue un obstáculo para soñar con la gloria espacial.
Había una razón detrás: la conquista del espacio era a su vez un mecanismo de protección ante una amenaza nuclear y una forma de reafirmarse ante los demás países como una potencia naciente, capaz de llegar a la luna.
Con el apoyo soviético al inicio, y luego con tecnología propia, China logró desarrollar un proyecto espacial, conocido como el proyecto 921. Éste lo ubica hoy como uno de los pocos países con capacidad de poner en órbita satélites –usando su línea de cohetes “Larga marcha”, similares a los Soyuz rusos- y de ser el tercer país con la capacidad de enviar misiones tripuladas al espacio.
En 2003, Yang Linwei se convirtió en el primer taikonauta -Taikong significa espacio en mandarín- con el Shenzhou5. Su misión fue simplemente demostrar que China ya estaba en capacidad de realizar exploraciones tripuladas.
En septiembre del año pasado China lanzó su primera base modular, el Tiangong1 –palacio celestial en mandarín- y luego en noviembre, el Shenzhou 8, se acopló de forma programada con la base.
Los proyectos espaciales a futuro de China dependen en gran parte del éxito que tenga la misión del Shenzhou9. Además de comprobar –al mundo y a sí mismo- que tiene la capacidad de mantener por un tiempo largo a tres astronautas en el espacio, realizará pruebas a la actual base modular, recogiendo resultados que serán determinantes para los próximos módulos Tiangong. También pondrá a prueba el entrenamiento de sus astronautas, pues el acoplamiento manual requiere de gran precisión en condiciones complicadas y con una luz variable.
A finales de 2012 o inicios de 2013 se planea lanzar otra nave, el Shenzhou 10, que se acoplará de nuevo al Tiangong 1, como última prueba antes de poner en órbita el Tiangong 2. El próximo año también se piensa lanzar la sonda lunar Chang E, con la misión de aterrizar de forma programada en la luna.
En 2020 China espera tener en funcionamiento el Tiangong3, la primera estación espacial modular china con capacidad de alojar por 40 días a tres astronautas, y en 2025 planea conducir con éxito el aterrizaje humano a la Luna. También se han establecido como objetivo construir una base exploratoria en la luna y conducir misiones tripuladas a Marte.
En un momento en que ningún país parece estar en la capacidad económica de continuar sus expediciones espaciales, China es el único que está desarrollando sus propias expediciones lunares, sea como dijo Mao por reafirmarse ante el mundo, sea por aprovechar ser lo primeros en establecerse.
Buscando recursos
Pero más allá del interés político, se afirma que otra intención del gobierno chino en la Luna es la extracción de helio 3, un combustible que se cree es más eficiente que la energía nuclear y podría convertirse en la fuente energética del futuro.
En el 2007, China anunció su plan de explotar el material, que se cree está bajo el suelo del satélite de la Tierra.
Ouyang Ziyuan, jefe del programa chino de exploración lunar, habló a medios oficiales en el 2008 sobre su importancia: "En la Tierra hay 15 toneladas de helio 3, mientras que en la Luna, la cantidad total puede llegar a entre una y cinco millones de toneladas".
La primera taikonauta ya es considerada heroína nacional
Después de un proceso largo de selección, Liu Yang se convirtió en la primera taikonauta china. Para ser escogida tuvo que cumplir requisitos como ser madre –pues las autoridades espaciales chinas temen que la radiación afecte la fertilidad- y tener un olor agradable, para no molestar a los otros acompañantes. Liu tiene a su disposición un cuarto y un baño privado.
Según informó la prensa oficial, Liu, de 34 años, fue seleccionada por sus habilidades físicas y control mental. Como parte de sus logros se resalta su capacidad de pilotaje, citando una vez que se encontraba volando y chocó con una bandada de pájaros. A pesar de haber matado a 18 palomas, la prensa destacó su capacidad de mantener la estabilidad del avión y lograr aterrizar 11 minutos después.
Su nombre se ha convertido en uno de las palabras más buscadas en el microblog chino Weibo y posiblemente a su regreso, sea considerada una heroína nacional, tal y como ocurrió con Yang Linwei, el primer astronauta chino.
Si te gustó este artículo, también te pueden interesar estos de la carrera espacial de China:
El gran salto de China a la luna
China avanza en su carrera espacial
[Foto de elcomercio.es]