Continúan los fichajes de alto nivel en el fútbol chino. Tras la llegada de Nicolas Anelka a Shanghai, ahora llegan el prolífico atacante paraguayo Lucas Barrios y el ex entrenador de la selección italiana Marcello Lippi al campeón Guangzhou Evergrande, que despidió a su técnico a pesar de marchar de primero en la liga y clasificarse de primero en su grupo en la Liga de Campeones asiática.
La llegada de Lucas Barrios fue una sorpresa, ya que su gran temporada el año pasado -cuando se consagró campeón con el Borussia Dortmund alemán- le había situado en el centro de rumores de Europa. Este año el paraguayo no ha podido replicar la forma y rápidamente fue eclipsado por Robert Lewandowski, forzando su salida de la Bundesliga. Su fichaje por el Guangzhou, que ha sido cifrado en 8,5 millones de euros, resultó sin embargo sorpresivo.
Allá se unirá a una nutrida delegación sudamericana, que incluye a jugadores como el argentino Darío Conca, que hace un año llegó con un salario que inmediatamente lo colocó entre los futbolistas mejor pagos del mundo, y la tripleta brasilera de Cléo, Muriqui y Paulao. Las reglas del fútbol chino, sin embargo, permiten sólo una cuota de cuatro jugadores extranjeros y uno asiático, por lo que alguno deberá salir a la llegada en junio de Barrios.
Les dirigirá el italiano Marcello Lippi, ex seleccionador nacional y cinco veces campeón del ‘calcio’ con la Juventus. “Quiero traer el estilo futbolístico moderno italiano a China”, dijo Lippi en su conferencia de prensa de presentación, negándose a comentar los detalles de las negociaciones, que algunos medios han cifrado en torno a los diez millones de euros anuales.
Un mercado rentable para jugadores y entrenadores
Desde hace dos años China ha intentado convertirse en un lucrativo lugar de jubilación para futbolistas internacionales en el ocaso de sus carreras. Los rumores han sido muchos -desde Didier Drogba y Michael Ballack hasta el argentino Andrés d’Alessandro y el costarricense Bryan Ruiz – aunque al final la mayoría no se han concretado. Entre los que sí llegaron este año están Anelka y el brasilero Fábio Rochemback, que nunca cumplió con las expectativas en el Barça y ahora llegó al recién ascendido Dalian Aerbin.
China también se está convirtiendo en un destino apetecido para los entrenadores internacionales, que reciben salarios muy superiores a los que muchas veces están disponibles en Europa. Los de más alto perfil seguramente son el ex seleccionador nacional francés Jean Tigana, nuevo director técnico del Shanghai Shenhua, y el holandés Henk ten Cate -ex asistente técnico de Frank Rijkaard- que tomó las riendas del Shandong Luneng.
El recién ascendido Guangzhou R&F quiere emular la suerte de debutante del Evergrande y para ello contrató al brasilero Sérgio Farias, ex campeón asiático con el Pohang Steelers surcoreano. Además del equipo surcoreano, Farias entrenó el Al Ahli de Arabia Saudí, el Al Wasl de los Emiratos Árabes y fue brevemente el seleccionador sub 17 y sub 20 de Brasil en los tiempos de Ronaldinho. Otras novedades este año son el ex entrenador nacional japonés Takeshi Okada, ahora en el Hangzhou Greentown, y el portugués Jaime Pacheco, tres veces técnico del Boavista y ahora del Beijing Guoan de la capital china.
Pero incluso a la segunda división están llegando nombres conocidos. El trotamundos francés Philippe Troussier -que ha entrenado a las selecciones de Japón, Sudáfrica, Marruecos, Costa de Marfil, Nigeria, Qatar y Burkina Faso- ahora está a cargo del Shenzhen Ruby.
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