China Files en Japón, un año después: El día en que Twitter fue indispensable

In by Simone

Hace exactamente un año, un terremoto de nueve grados en la escala de Richter sacudió a Japón y causó un tsunami que afectó todo el noreste del país, dejando un saldo de 15.850 muertos, 6.011 heridos y 3.287 desaparecidos. Al devastador tsunami se sumó la emergencia en la central nuclear de Fukushima, después de que el sistema de refrigeración del reactor 1 del complejo dejase de funcionar, que obligó a evacuar a casi 70.000 personas. Un año después, China Files les trae una serie de reportajes desde Japón, con el objetivo de mirar -con cabeza fría y claridad- lo que sucedió. Comenzamos con una entrevista de nuestro reportero Simone Pieranni con Steve Nagata, sobre el rol de Internet y las redes sociales en la respuesta a la emergencia.
TOKIO – Imagínense una metrópolis de 14 millones de habitantes. Una tarde cualquiera ocho millones de ellos se ven obligados a regresar súbitamente a casa porque ha ocurrido un terremoto, más fuerte que los habituales. Comienzan los procedimientos de emergencia, que los japoneses conocen de memoria porque los han aprendido desde pequeños: salen en calma de oficinas y centros comerciales, caminan en fila por las calles, se dirigen a los lugares designados para esos casos.

Mientras las cosas se normalizan, intentan hacer las primeras llamadas telefónicas a la familiares y amigos. Pero el móvil no funciona y tampoco los mensajes de texto. En las casas y oficinas la electricidad se corta y los elevadores quedan fuera de servicio. En ese momento comienzan a percibir, con compostura, la gravedad de la situación. Se comienza a difundir la noticia de la alerta del terremoto cerca de Sendai y el tsunami que le siguió. Pero funciona sólo una cosa, que por suerte tienen casi todos los japoneses tienen en sus móviles: el Internet.

“Hasta que ocurrió el tsunami, Internet y las redes eran considerados como un juego, como entretenimiento”, señaló a China Files Steve Nagata, un experto en redes sociales y consultor en temas tecnológicos para la BBC y Reuters, al evocar el tsunami que ocasionó el accidente en la central nuclear de Fukushima en marzo pasado. “Pero en ausencia de cualquier red telefónica y con toda la infraestructura local paralizada, los usuarios tuvieron que recurrir a otros medios. Fue gracias a Twitter que pudieron enterarse de la suerte de sus familiares y organizar su regreso a casa”, añade.

Fue efectivamente gracias a la red que los japoneses adquirieron conciencia de lo que sucedía bajo sus pies, mientras en el norte de la isla de Honshu olas de hasta diez metros de altura se volcaban sobre rutas y pueblos. “Aunque parezca extraño, la infraestructura de Japón -sus telecomunicaciones, sus oficinas- han demonstrado estar increíblemente atrasadas”, cuenta Nagata, evocando todos los problemas logísticos que acompañaron al desastre de hace un año. “La TEPCO ha enviado los primeros datos sobre su central poco después del tsunami utilizando un fax y como en algunas prefecturas no había electricidad, no recibieron ninguna advertencia. ¡El fax! ¿Acaso en qué siglo vivimos?”.

“La novedad no fue sólo que los ciudadanos se volcaran sobre las redes sociales, sino que por primera vez el gobierno se saltó a los medios de comunicación tradicionales y comenzó a dirigirse directamente a los ciudadanos a través de Twitter. Al hacerlo logró dar una dimensión más personal y directa a sus mensajes, olvidando los fríos comunicados de prensa habituales”, añade el experto en tecnología digital. “Con las redes sociales la información circulaba rápidamente y ayudaba a contrarrestar el impase de los medios de comunicación, preocupados por alarmar pero sobretodo incapaces de comunicarse. Internet era verdaderamente lo único que funcionaba”, cuenta Nagata.

Mientras habla, su iPhone le indica que se han registrado cinco temblores en lo que va de la mañana. Se trata de un dato que le proporciona su teléfono desde que Apple introdujo hace unos meses un cambio en el sistema operativo de todos sus iPhones vendidos en Japón. Ahora todos los móviles como el suyo están específicamente diseñados para obtener información sobre los movimientos de la tierra, tan comunes en el archipiélago.

No es la única lección que han dejado la experiencia del tsunami y el rol que jugaron las redes sociales durante la emergencia. En las semanas siguientes fueron apareciendo nuevas aplicaciones que complementaban la cantidad -y la calidad- de la información que reciben los ciudadanos: si se han registrado réplicas del terremotos, qué barrios se han quedado sin luz, cuáles son los horarios alternos de trenes…

“Incluso recuerdo que durante el terremoto, mientras que todo temblaba, Twitter no perdía velocidad. Japón es el segundo país del mundo en tweets por minuto, así que ya estaba preparado para manejar grandes volúmenes de información. Ya antes del terremoto todos los récords de velocidad en tweets eran japoneses, pero siempre dentro de un ambiente de diversión”, concluye Nagata.

“Ahora todos los teléfonos vendidos en Japón tienen Twitter preinstalado porque de repente se convirtió en una herramienta útil durante una emergencia, una que incluso puede salvarte la vida”, añade.

Artículo publicado en La Nación (Argentina)