En busca del candidato perfecto para trabajar en el sector público

In by Simone

Aunque China ratificó el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo, persisten prácticas de tratamiento desigual en el terreno laboral. Sobre todo uno: en los dos últimos años un 19 % de los cargos en la administración pública han sido reservados para el Partido Comunista y la Liga de Jóvenes Comunistas.
Más de la mitad de los empleos en el sector público están ocupados por miembros del Partido Comunista, según las conclusiones de un estudio sobre la discriminación en el trabajo de la Universidad China de Ciencia Política y Derecho (CUPL), reproducido por diversos medios de comunicación chinos.

La investigación examinó 9.762 ofertas de empleo publicadas por las agencias gubernamentales en 2011 y reveló que el trato desigual persiste y en algunos casos viene en aumento. Se discrimina sobre la base de la edad, género, condición social, estado de salud, afiliación política e incluso sobre la base de ciertas características físicas que no son particularmente relevantes.

Esto a pesar de la ratificación de Beijing hace cinco años atrás de la Convención sobre la Discriminación de la Organización Internacional del Trabajo y de la aprobación en 2007 de la ley sobre la promoción del empleo, mediante la cual un empleador puede ser denunciado si discrimina a los candidatos para un puesto por razones de sexo, edad, religión, raza o discapacidad física.

Según el informe, el 15,5% de las ofertas de trabajo suponen una discriminación de género, mientras que el 11, 5% lo hace en función del origen social del candidato: por su lugar de nacimiento o el lugar de su residencia, de acuerdo con el sistema de "hukou” que obliga a los ciudadanos a registrarse.

Sin embargo, la discriminación por motivos de afiliación política es la más pronunciada: en los últimos dos años, el 19,1% de las posiciones abiertas en el sector público estaban reservadas para miembros del Partido Comunista y la Liga de Jóvenes Comunistas. Y en los organismos que dependen del gobierno central, hasta el 57% de los 686 puestos de trabajo ofrecidos en 2011 estaban reservados para los miembros del Partido.

Pero para el profesor Liu Xiaonan, que lideró la investigación, las cláusulas discriminatorias son sólo los aspectos más evidentes de un sistema aún más desigual, la punta del iceberg. "Otras formas de discriminación se producen durante el proceso de evaluación de las solicitudes, las entrevistas de trabajo y las oportunidades de carrera una vez empleado”, señala.

De acuerdo con Lu Jun, director de una ONG que se ocupa de la promoción de los derechos, la discriminación se acentuó en 2011 a raíz de una directiva emitida por las agencias gubernamentales sobre los requisitos físicos que deben cumplir los candidatos. La nueva norma, aprobada por Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social y la Administración de Empleo Estatal, supone para Lu una clara discriminación que penaliza la apariencia física y las posibles desventajas: "¿Qué pasa si usted cojea o tiene algunas imperfecciones en la cara, cuando se trata simplemente de solicitar un trabajo en una estación de policía?", indicó al diario South China Morning Post.

Y aunque Lu juzga positivo que este año se elevase el límite de edad de 35 a 40 años para ciertos cargos públicos de nivel medio alto, en otros ámbitos estatales persiste la discriminación por razones de edad. Para el 92% de las posiciones abiertas en el cuerpo de aviación civil de la policía está especificado que los candidatos deben tener menos de 28 años. “Pero no hay ninguna prueba científica de que las personas mayores de 28 años no tengan las habilidades necesarias para ocupar cargos públicos", dijo al diario Global Times, Wang Zhenyu, un investigador de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho.

La ola de críticas al sistema de contratación de funcionarios públicos pone de manifiesto un problema real, el de cómo garantizar una mayor eficiencia junto a una justicia sobre la base de la meritocracia.

La ofensiva de los medios de comunicación también estaría inscrita dentro de las escaramuzas que preparan el futuro cambio de guardia en la cima del poder en China, previsto para el otoño de 2012. Según algunos indicios, parecería que el ala liberal está detrás de la movida.

Hay varios ejemplos recientes: la investigación anti monopolio, que por primera vez ha puesto en la mira a dos grandes empresas estatales, China Telecom y China Unicom; la liberalización del crédito, que buscaba eliminar la exclusividad de los bancos estatales y proporcionar liquidez a las pequeñas empresas privadas, y el hecho de que Xi Jinping, representante de la clase empresarial de Shanghai, sea ahora el heredero designado al cargo que hoy ocupa Hu Jintao.

El mérito parece lanzar el ataque final contra los últimos focos de poder político basado en la pertenencia. Una vez más, Mao contra Deng: eficiencia contra el celo ideológico de mejorar el sector público en una China que aún carece de un estado de bienestar aceptable.



[Fotografía: ftchinese.com]