Este viernes se inaugurará en la ciudad de Chongqing, en el suroccidente de China, el primer centro de estudios sobre México en el gigante asiático. La innovadora institución, fruto de la estrecha colaboración que han forjado la Universidad Veracruzana y la de Chongqing, aspira a convertirse en un punto de contacto entre China y México que impulse el aprendizaje de lenguas, el intercambio cultural y los flujos comerciales entre los dos países.
El acuerdo de colaboración entre las dos universidades, el primero de su tipo para una institución latinoamericana en China, forma parte de un ambicioso proyecto de desarrollo regional que busca impulsar lo que el rector de la Universidad Veracruzana, Rául Arias Lovillo, llama la “distribución social del conocimiento”.
“La idea era de no firmar convenios que se quedaran en un escritorio, sino formar relaciones de calidad con instituciones que tienen claro el objetivo de colaborar en la misma medida que nosotros queremos hacerlo”, señala Esteban Zottele, representante de la Universidad Veracruzana en China y coordinador del proyecto. “Hay un proverbio chino que explica muy bien lo que intentamos hacer: La amistad es un río dulce en el que beben las dos orillas. Queremos dar lo mismo que recibimos y elevar la calidad de lo que damos”.
Hace tres años había nacido en la sede de la universidad en Xalapa el Centro de Estudios China-Veracruz (Cechiver), que busca fomentar el diálogo académico y las relaciones económicas entre los dos países. Ahora el turno es para Chongqing, una pujante ciudad en el suroccidente de China, que pronto se convertirá en punto de referencia para México en el gigante asiático.
Chongqing, la ciudad china del futuro
¿Pero por qué Chongqing? “A nosotros, como una universidad del interior, nos interesaba estar en contacto con una universidad del interior de China”, explica Zottele, añadiendo que una de las metas del acuerdo es multiplicar los intercambios entre el estado de Veracruz y la municipalidad de Chongqing.
Aunque Chongqing no es muy conocida en América Latina, se trata del espacio urbano de mayor crecimiento demográfico en el mundo y del mayor centro económico del interior de China. La ciudad, que sirvió de capital china durante la invasión japonesa en la Segunda Guerra Mundial, ha visto un desarrollo vertiginoso en los últimos 20 años. Hoy en día es una ciudad de 10 millones de habitantes, situada en un área metropolitana que llega a los 30 millones y que aglomera la producción de aluminio, autos y motocicletas de China. En efecto, su desarrollo ha sido tan meteórico que el periódico británico The Guardian la bautizó “la megalópolis de la que nunca has oído” y ya son muchos los que hablan del próximo “Silicon Valley”.
México, que fue el primer país latinoamericano en abrir relaciones diplomáticas con la China de Mao Zedong, es a su vez un país estratégico para el gigante asiático. Los intercambios comerciales entre los dos países han crecido 706% en el último decenio y superaron los 34.000 millones de dólares. China ya es el segundo socio comercial de México, y éste el segundo socio del país asiático en América Latina.
Y ahora que la nueva estrella del crecimiento económico chino ha puesto sus ojos en América Latina, México parece bien perfilado para posicionarse como su mejor socio. El estado de Veracruz ya firmó un convenio de hermandad con Chongqing, y Nuevo León adelanta los trámites para hacerlo también. De hecho, el gobierno nacional comenzó a explorar la posibilidad de abrir un consulado en la ciudad para impulsar las relaciones aún más.
Aprender idiomas, pero para hacer negocios
Aunque el idioma ha sido una barrera, lentamente los puentes lingüísticos entre China y México se hacen más sólidos. En este momento nueve estudiantes de la universidad mexicana están en China aprendiendo mandarín, y cinco alumnos de Chongqing se encuentran en Veracruz. Mientras tanto, avanzan los planes de abrir un Instituto Confucio en el campus de Xalapa, que se convertiría en el sexto de su tipo en México.
La Universidad Veracruzana ha tenido sus ojos puestos en Asia desde hace tiempo. Además de editar la Revista Orientando, que publica artículos académicos sobre política, economía y cultura de Asia, acaba de firmar un acuerdo con la Universidad del Pueblo (Renmin) de Beijing, una de las más prestigiosas en China, para impulsar la enseñanza del español.
Pero el acuerdo busca algo más que un intercambio académico. “La investigación es fundamental, pero es muy importante poder llevarla a la realidad”, señala Zottele. Uno de los objetivos centrales del proyecto es conectar a empresarios de los dos países y, mejor aún, de las dos regiones. Pronto en Chongqing se replicará el modelo de Xalapa, que consiste en organizar cursos de diez días para empresarios mexicanos, donde se les introduce a aspectos fundamentales de la cultura, la sociedad y las dinámicas de negocios en China.
Un puente entre América Latina y China
Para nadie es un secreto que el intercambio cultural entre China y América Latina no se ha multiplicado todavía de la manera como no lo han hecho los flujos comerciales entre ambos. Esteban Zottele, quien vive desde hace ocho años en China, pone un ejemplo sencillo. “Todos los libros traducidos del español al chino han sido traducidos por chinos, y los del chino al español también”, señala. “Ellos han tenido la capacidad de aproximarse a nosotros, y nosotros debemos hacerlo también”.
“Hay mucho interés en Chongqing por América Latina y el centro puede ser un espacio para impulsarlo y así profundizar las relaciones entre ambas regiones”, añade Zottele. La cooperación entre las dos instituciones ya ha permitido que viajasen al occidente de China varios grupos de teatro y la orquesta sinfónica de la Universidad Veracruzana, además de piezas Olmecas pertenecientes al Museo Antropológico de Xalapa.
El centro de estudios en Chongqing llevará el nombre del escritor mexicano Sergio Pitol, quizás el intelectual latinoamericano que más se ha acercado a China. El novelista y ensayista, vinculado a la Universidad Veracruzana desde 1966, no sólo vivió en Beijing durante los años 60 sino que tradujo al español clásicos de la literatura china como el Diario de un loco de Lu Hsun. “Con el centro podremos seguir mirando más profundamente hacia Asia, y Asia hacia nosotros”, concluye Esteban Zottele.
[Fotos: Sam Gao y Jakob Montrasio]