Coincidentes con la celebración de los 90 años del Partido Comunista de China, el gobierno anunció la inauguración de dos grandes obras: el tren de alta velocidad con el recorrido más largo del mundo, y el puente más largo del mundo sobre el mar, en Qingdao.
Desde hace varios años se esperaba la construcción de un tren que conectara en menos de 10 horas las dos ciudades más importantes de China. El 30 de junio, se realizó el primer viaje del tren bala, que recorre los 1318 kilómetros entre Pekín y Shanghai en menos de cinco horas y media.
La fecha, justo un día antes del cumpleaños del Partido comunista chino es claramente simbólica. No sólo por el impacto que tendrá para el país esta nueva línea sino porque el tren orgullosamente se promociona como 100% chino: diseñado y construído en China.
Además, el precio, 86 dólares en segunda clase y 144 dólares en primera, es solo un poco más costoso que los trenes que tardan 10 horas, y cuestan menos que un tiquete aéreo.
El primer ministro Wen Jiabao fue uno de los primeros en subirse en el tren. Según sus declaraciones a la agencia estatal Xinhua, esta construcción fue una decisión importante del Estado y tiene un gran significado para la mejora del moderno sistema de transporte del país, para promover el desarrollo económico y social y para satisfacer la necesidad del pueblo para el movimiento rápido.
De hecho, con sus 80 millones de personas anuales, el tren transportará el doble de su capacidad actual.
Sin embargo, la apertura del tren aún siembra dudas en la sociedad, particularmente por los escándalos protagonizados por las acciones del entonces ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun.
Además de malversación de fondos y corrupción, se cree que hubo una importante reducción de costos en los materiales usados y en el área de seguridad para poder cumplir con la fecha límite y que podrían traducirse en grandes accidentes.
El puente
Ayer, también fue inaugurado el puente más largo del mundo sobre el mar, en la ciudad costera de Qingdao, en la bahía de Jiazhou.
La ciudad, además de ser la ciudad natal de la cerveza más importante de China, es lugar de uno de los más importantes puertos de China. Con una inversión de 2.300 millones de dólares, conecta el centro de la ciudad con una zona suburbana mediante una línea de 36. 48 kilómetros.
Las megaobras son proezas de infraestructura que han desafiado costos, tiempos y dimensiones de cualquier otra obra en el mundo y que confirman a la población china la capacidad de su propio país de realizar mejorías a su calidad de vida y de su poderío económico.
Desde hace más de una década, China trazó su plan de desarrollo de infraestructura y de construcción masiva. Los logros, en su mayoría, han sido cumplidos o adaptados a nuevas necesidades. Estas dos obras parecen concretar una nueva etapa en la planeación.
China, que ha logrado alcanzar logros como tener el puerto más grande del mundo y comenzar a exportar sus modelos de construcción a otros países comienza a dar paso a una nueva era. 2012 marcará una transición hacia los políticos humanistas: los nuevos pasos de gigante seguirán dándose ya no en construcciones de concreto sino en construcción social.
El nuevo plan quinquenal, aprobado este año en febrero, promete tener una población feliz, con empleo y estabilidad económica, sin olvidar el desarrollo urbano y rural de ciudades intermedias y pequeñas.
Publicado en La Nación, Argentina