Celebración 60 años: Turandot vuelve a Beijing

In by Simone

El 6 y 7 de Octubre, con motivo de la celebración de los sesenta años de la República Popular China, se presenta en Beijing la opera de Puccini "Turandot", adaptada para el público chino. Quien está atrás de este espectáculo no es nada más que Zhang Yimou, el director chino que pasó de ser la oveja negra a Cordero manso del Partido. La obra, que ya había sido presentada en Beijing en 1998, en la Ciudad Prohibida, vuelve este año con solo dos presentaciones en el Estadio Nacional, conocido como el Nido de Pájaros.

Zhang, de 58 años, ha tenido una larga trayectoria en el cine, que lo llevó desde el  rechazo al podio de la fama. En la década de los noventas, sus películas fueron consideradas una afrenta al Partido Comunista y por ende, al gobierno chino. Su película "La linterna roja" (Raise the Red Lantern/大红灯笼高高挂) causó controversia, pues muchos la interpretaron como una crítica al autoritarismo comunista y fue prohibida en las carteleras. Luego, la película "Vivir" (To Live/活着) , basada en el libro del mismo título del novelista chino Yu Hua, fue censurada en China por su visión  de diversas campañas comunistas y Zhang le fue prohibido trabajar en cine por dos años.

Después de este periodo, Zhang se orientó a trabajar con películas "realistas" por una parte, como(Not one less/一个都不能少),  o épicas como Héroe o La Casa de las Dagas Voladoras. El Partido, viendo la conversión de uno de sus hijos más valiosos artísticamente, -Zhang se ha ganado dos premios BAFTA, un Oso de Oro de Berlín, el Gran Premio del Jurado de Cannes, el Premio de Audiencia de Sundance, dos leones de Oro de Venecia, entre muchos otros- lo ha acogido de nuevo y le ha entregado dos de sus más valiosas ceremonias: la inauguración de los juegos olímpicos y la ceremonia de gala de la celebración de los sesenta años de China.

Zhang no desilusionó en ninguna de las dos ocasiones. Ha aprendido a manejar las coreografías masivas con un presupuesto amplio cuando se trata de hacer presentaciones magníficas. Turandot, que fue concebida por Puccini en una Beijing mítica, intentó retratar ante los ojos occidentales a la China imperial. Para algunos fue digna de críticas fuertes e incluso lo juzgan de haber hecho un mal uso de canciones populares chinas como "Flor de Jazmín". Pero para los chinos, ha sido una nueva exploración de operas occidentales y una posibilidad de amoldarla a sus propias tendencias artísticas. Esta vez, gracias a un escenario olímpico y la ayuda de más de 1000 artistas, se habla de un Turandot memorable, digno de las celebraciones oficiales. 

 

ULTIMO MINUTO: Contrario a lo esperado, Turandot para muchos fue un fiasco. Principalmente por el recinto: el estadio olímpico es un espacio deportivo y no artístico. Las boletas, cuyos precios variaron entre 28 US$ y 558 US$, no se reflejaron en privilegios de ubicación. Solo aquellos que compraron la boleta más costosa tuvieron el placer de ver la opera. El resto, incluyendo aquellos que pagaron hasta 280 dólares, no pudieron distinguir los movimientos de los actores y se perdieron la ocasión de apreciar al gran tenor chino Dai Yuqiang o la soprano italiana Raffaella Angeletti. Si bien Zhang Yimou sobrepasó las expectativas al presentar esta obra en 1998, esta vez, salió fuertemente criticado. Como era de esperarse, tales comentarios no fueron publicados en los grandes medios chinos, quienes por su parte exaltaron la obra.