En la pasada edición de la SIAL, una de las ferias de alimentos y bebidas más importantes de China, Colombia presentó su oferta alimenticia para fortalecer su presencia en el país asiático. Actualmente, Colombia mueve café, aguardiente y ron, y lentamente intenta posicionar otros productos como pulpas de fruta y polvo de quinua en China. Sin embargo, los productos colombianos son aún escasos en China, comparados con las de sus vecinos latinoamericanos, y especialmente con los de sus aliados en la Alianza Pacífico que son los proveedores agropecuarios líderes de la región.
El mercado alimenticio chino es hoy uno de los más atractivos del mundo, pues no solo es uno de los más grandes, si no que será uno de los más lucrativos en los próximos años, con una pujante clase media que para 2020 será la mitad de toda su población. Es decir, más de 700 millones de personas con un poder adquisitivo de alrededor de 34 mil dólares anuales, estarán dispuestas a gastar en alimentos de alta calidad.
China no es gran consumidor de carne de res. De los 60 kilos de proteína animal que consume anualmente un chino, alrededor de 5 kilos son bovinos. Pero el consumo va en alza y será forzosamente de carne importada, pues el país no tiene la capacidad geográfica de satisfacer su demanda interna.
Desde la pasada visita presidencial en 2012, Colombia reveló su interés en venderle carne bovina y avícola a China y comenzaron los procedimientos de admisibilidad. Los requerimientos chinos no son tan complejos como los de Estados Unidos o la Unión Europea, pero sí son más largos y tediosos, especialmente por el carácter político y diplomático que tienen. México, por ejemplo, tardó más de cinco años en formalizar la entrada de carne de cerdo a China, mientras que la langosta chilena tuvo un ingreso veloz, al ser un compromiso de ayuda económica a Chile para recuperarse del terremoto de 2010.
El proceso de entrada cárnica y aviar colombiana va estable, pero aún quedan varios meses –y posiblemente años- para que los primeros contenedores zarpen rumbo a China. En septiembre pasado, la AQSIQ, entidad encargada de la admisión de productos alimenticios de China, indicó que tras su visita a Colombia en junio dio el visto bueno al proceso, pero solicitó información adicional al Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), para resolver dudas frente al funcionamiento de la industria bovina colombiana.
Ocho meses después, el documento aún no ha sido recibido por las autoridades chinas. Siguiendo el patrón de comportamiento de las autoridades chinas, se podría estipular que si la respuesta colombiana fuera entregada el próximo mes, y además resuelve efectivamente las dudas, la próxima visita oficial china a Colombia sería fijada para inicios del próximo año. Esta es de gran importancia pues ahí se visitarían y evaluarían los frigoríficos con potencial exportador. Esta fase se demoraría otro año más y así, Colombia podría comenzar a exportar a China a finales de 2015 o inicios de 2016. Pero todo puede extenderse si las partes no responden con celeridad.
“El chino es muy dado a que las autoridades vengan y pongan la cara. El ministro de agricultura de Argentina viene dos veces al año y esa es la única forma para que China les ponga cuidado”, contó a China Files José Felix Lafaurie, presidente de Fedegan, en Pekín. Encabezando la delegación, Lafaurie viajó a China con otros representantes de frigoríficos colombianos, como Frigosinú y Bijagual, para promover la carne colombiana en la SIAL y comenzar los primeros acercamientos con asociaciones de importadores, compradores de carne, inversionistas, y autoridades chinas.
“El hecho de haber ido al Ministerio de Agricultura o de Comercio pone en el radar a Colombia”, dijo el gerente gremial, quien enfatizó que el gobierno colombiano debe fortalecer su gestión para que el proceso sea lo más diligente posible. “Aproximarse a este mercado tiene retos complejos como distancia, cultura, idioma. Pero abrir este mercado es poner un pie en Asia Pacífico con posibilidades importantes”, añadió. Para Lafaurie, China apuntará a conseguir socios internacionales, encadenándose incluso desde la producción.
“En el futuro vendrán inversiones colombo-chinas, pues desde la producción y transformación van a garantizar la satisfacción de su demanda interna”, explicó. Colombia le apuntaría al consumidor común, con cortes económicos congelados y sin hueso.
“Colombia podría atender el mercado de lujo que ofrece altos precios, pues tiene una ganadería con base en pastura natural, y puede ofrecer carnes orgánicas”, explicó Lafaurie. “Sin embargo China es un mercado tan profundo que uno podría reorientarse a atender un mercado de nicho medio o medio bajo que es mucho más amplio”. Lafaurie mencionó que por ahora tres frigoríficos están contemplados para las exportaciones: Frigosinu, Camagüey y Friogan. Colombia tendría doce potenciales frigoríficos con capacidad de exportación internacional, pero la invitación está abierta a cualquier planta que decida remodelarse para satisfacer los requerimientos chinos.
Artículo producido para Portafolio, Colombia
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