“Psicotizado”: ¿En China, quién decide si eres un enfermo mental?

In by Andrea Pira

“Psicotizado”, o bei jingshenbing, es el término inventado por las redes sociales convirtiendo psicosis en un verbo (por ejemplo, me "psicotizaron"). Describe individuos internados como enfermos mentales sin pruebas médicas adecuadas. El 28 de marzo, una mujer de 64 años en la provincia de Shanxi fue atada, amordazada y transportada a una clínica en un pequeño pueblo a doscientos kilómetros de distancia. Ahí, fue internada como enferma mental sin pruebas médicas concretas. El autor del crimen fue su propio hijo, que por “conflictos familiares” relacionados a la indemnización que la madre recibió del gobierno tras la demolición de su casa, la declaró como enferma mental. El hijo se convirtió en el tutor legal de su madre y transfirió los 800 mil yuanes de la indemnización a su propia cuenta bancaria.

La noticia, relatada por el periódico Huashang Bao, tuvo un gran impacto en las redes sociales. Demuestra cómo tres años después de una importante reforma de la ley sobre salud mental, la gente en China aún puede ser privada de sus derechos fundamentales bajo el pretexto de padecer una “enfermedad mental”.

“Psicotizado”, o bei jingshenbing, es el término inventado por las redes sociales convirtiendo psicosis en un verbo (por ejemplo, me "psicotizaron"). Describe individuos internados como enfermos mentales sin pruebas médicas adecuadas. Además de casos de “psicotización” por conflictos interpersonales como el acontecimiento en Shanxi, por años, organizaciones de derechos humanos han acusado a organismos gubernamentales chinos de “psicotizar” a disidentes por razones políticas.

Según un artículo de la BBC, la “Ley de la Salud Mental” llevaba 27 años en redacción cuando finalmente fue aprobada en el 2013, y estipula que “tiene que haber consenso por parte de pacientes mentalmente enfermos antes de que sean internados, con excepción de aquellos que están severamente enfermos o que podrían hacerse daño a sí mismos o a otras personas”. La BBC cita un artículo en chino (aparentemente eliminado del sitio web del periódico) que critica la ley, argumentando que el poder otorgado a los tutores legales de los pacientes deja espacio para graves abusos.

A pesar de que la prensa china reconoce que persisten abusos en casos individuales –hace poco tiempo el periódico Dahe Bao publicó un artículo intitulado “¿Por qué es tan fácil ser ‘psicotizado’?”— no ha habido ningún reconocimiento oficial de la práctica institucional de “psicotizar” disidentes.

El 23 de abril de 2014, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria (WGAD) del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, publicó una opinión reconociendo años de trabajo por parte de organizaciones para los derechos humanos. Opinó que Xing Xiku, un obrero jubilado de Harbin, había sido arbitrariamente detenido en un hospital psiquiátrico por las autoridades locales.

Según el informe, Xing había viajado a Beijing en el 2007 para presentar una petición sobre la corrupción tras la privatización de la empresa pública donde trabajaba. Mientras estaba en Beijing, fue arrestado por agentes de la policía de Harbin, e internado “por razones humanitarias” en un hospital psiquiátrico bajo un diagnóstico de esquizofrenia (falso según el mismo hospital). Para evadir las restricciones impuestas por la Ley de la Salud Mental, Wang fue declarado “una amenaza para si mismo”, y una oficina de gobierno local se hizo responsable de la tutoría legal.

Según Chinese Human Rights Defenders, la organización que presentó el caso al WGAD, Xing sigue internado como enfermo mental por noveno año consecutivo. Su esposa fue arrestada mientras participaba en una manifestación de derechos humanos en Beijing, y está actualmente detenida en Harbin.

A pesar de que la opinión del WGAD no tiene repercusiones legales, fue un importante reconocimiento por la comunidad internacional que el gobierno ha abusado la Ley de la Salud Mental para “psicotizar” a oponentes políticos. Sin embargo, sigue siendo muy difícil entender en qué medida la “psicotización” es una práctica institucionalizada y ampliamente usada por el gobierno.

La mayor parte de los casos de “psicotizacion” denunciados por organizaciones para los derechos humanos involucran a funcionarios o policías locales. En este sentido, las victimas generalmente son internadas en hospitales psiquiátricos públicos donde tienen oportunidades para comunicarse con familiares, abogados y representantes de ONG. Pero si son internadas por el Ministerio de Seguridad Pública, prácticamente no existe ningún grado de transparencia.

El Ministerio de Seguridad Publica administra 23 hospitales psiquiátricos en el territorio nacional, según informó el periódico chino Legal Daily. La mayoría de los pacientes en los ankang (literalmente “paz y seguridad”, como se conocen los centros psiquiátricos en China) están ahí por razones legitimas – oficialmente solo los “delincuentes psicóticos” pueden ser internados – pero entre los 40 mil pacientes condenados “por asesinato y otros crímenes violentos”, “ha habido reportes de activistas y peticionarios involuntariamente sometidos a tratamiento psiquiátrico por razones políticas”, declaró el Informe sobre Prácticas de Derechos Humanos de 2014 compilado por el Departamento del Estado de Estados Unidos. El resumen ejecutivo del mismo informe dice que la “coerción y represión” por parte del gobierno chino es “habitual”, y que la “psicotización” de disidentes es solo una de las muchas manifestaciones.

La prensa internacional – más recientemente el Wall Street Journal – usa el termino ankang para describir el abuso de las autoridades chinas de la Ley Sobre la Salud Mental. Por otro lado, las redes sociales y la prensa en chino utilizan el término “psicotizado” en la mayoría de los casos.

Hay diferencias fundamentales entre cómo China y la comunidad internacional interpretan la cuestión. La opinión popular china, manifestada en las redes sociales, considera la “psicotización” como una cuestión legal que demuestra la debilidad del sistema jurídico. Fuera de la Republica Popular, la “psicotización” es prueba de un estado monolítico que reprime a sus propios ciudadanos.

Para muchos chinos, el abuso de las Ley de la Salud Mental es solo una manifestación de cómo en el país no existe aún el Estado del Derecho (fazhi), y que por esto los ciudadanos no están cobijados por la ley. En contraste, el exterior ve la “psicotización” como una cuestión política. Según el Departamento del Estado de Estados Unidos, China es un “estado autoritario” donde los “ciudadanos no tienen derecho de cambiar su gobierno”. Mientras persista esta dicotomía entre estas dos actitudes, es improbable que la presión internacional afecte la “psicotización” y otros abusos de derechos humanos en el Reino del Medio.

[Crédito foto: Huanqiu]


También Puedes Leer:

– Prohibido criticar a Xi: el régimen acosa a opositores hasta en el extranjero

– China aprieta las tuercas de su censura: nuevos lineamientos para las empresas extranjeras

Con vergüenza de ser chino