“No queremos negociar producto por producto, sino familias de productos similares”: Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México, Francisco Javier Mayorga

In by Andrea Pira

México está buscando a toda costa promover sus productos agropecuarios en China. Después de cinco años de espera finalmente recibieron el certificado de exportaciones para la carne de cerdo por parte del gobierno chino y se alistan para traer a este país 10 mil toneladas de carne congelada, por un valor aproximado de 35 millones de dólares. El gobierno mexicano estaba a la espera de este certificado por varios meses ya, y parece haberse concretado justo después de que una delegación mexicana visitó China y se reunió con las autoridades.  La visita sirvió además para proponer un novedoso acuerdo: permisos colectivos a familias de productos, para evitar tener que negociar uno a uno los productos que México quiere venderle a China.

La delegación estuvo conformada por un grupo de funcionarios oficiales y de empresarios del sector, y fue encabezada por el Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, SAGARPA, Francisco Javier Mayorga. China Files habló con él en Beijing.

La balanza comercial entre México y China está en déficit para ustedes. El grupo de trabajo bilateral identificó que precisamente una de las estrategias para mejorar la situación está en los productos agropecuarios, sobre todo aquellos que tienen valor añadido. Pero el ingreso de alimentos a China es un proceso lento que requiere de varios meses y años. ¿Cómo evalúan las posibilidades de que efectivamente algunos de estos alimentos puedan desarrollar nichos amplios de mercado?

El proceso más avanzado lo tenemos con la carne de cerdo. Hace dos años en Beijing invitamos a funcionarios chinos para que inspeccionaran las plantas exportadoras mexicanas. A finales del año pasado visitaron diez empresas, de las cuales hoy, hay cuatro que cumplen totalmente los requisitos. Otras tres necesitan hacer algunos ajustes y correcciones en sus procesos para cumplir los reglamentos del gobierno chino.

Conversando con algunas de las empresas autorizadas, nos revelaron que aún deben definir cómo satisfacer la demanda china teniendo la mayoría de su producción asegurada a Japón. ¿Hay planes para extender el permiso a otras empresas? Se quedaron varias fuera de las que originalmente habían pedido la autorización.

Sí, obviamente. Esas tres que quedaron fuera están trabajando para ser autorizadas. Son empresas de la península de Yucatán donde hay más capacidad, en el corto plazo, de aumentar la oferta. Las empresas que ya están certificadas son del estado de Sonora, que es el principal exportador de cerdo a Japón y Corea y no tienen capacidad de expansión.

Hay otras regiones de México que pueden contribuir a la exportación, como el estado de Jalisco, en la zona centro occidental, que recién fue autorizado por Japón para exportar cerdo pues está aceptado como estado libre de fiebre porcina clásica. Este estado tiene un potencial de exportación muy fuerte: tiene una amplia disponibilidad de granos y está muy cerca del puerto de Manzanillo, el principal puerto para manejo de contenedores refrigerados.

Precisamente ese puerto se va a convertir en la puerta más amplia de entrada y salida de productos chinos. Y no solo cerdo, sino que pueden venir otras carnes, frutas y hortalizas como el aguacate o bayas, que se producen precisamente en Jalisco y Michoacán.

Cuando la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, visitó Beijing hace par de meses, dijo que aunque estaban muy contentos con la autorización a las empresas porcicultora, el proceso se había demorado mucho. México es uno de los pocos países que tiene una comisión bilateral que se reúne de manera permanente con China para tratar estos temas, ¿se está discutiendo algún mecanismo para agilizar estos procesos? Algunos están demorando cinco años, seis años…

Sí, es correcto. Uno de los acuerdos que hablamos con el ministro de comercio, Chen Deming, fue no negociar producto por producto, sino negociar familias de productos similares, en ambas direcciones. Si nosotros pedimos negociar carne de cerdo y se tarda cincos años; si China pide negociar naranjas también tardará cinco años.

Para que se cumpla lo que ha dicho el primer ministro chino en Santiago de Chile en junio pasado, que es que en los próximos cinco años el comercio prácticamente se duplique entre América Latina, el Caribe y China, y sobre todo el comercio agroalimentario, tiene que haber otro enfoque. No podemos trabajar producto por producto a este ritmo porque no se van a lograr esas metas. Yo creo que si negociamos en bloques de familias de productos que compartan características similares, se lograría la meta del premier.

Pero una vez firmado este acuerdo, ¿qué sigue para poder implementarlo? ¿Hay algún cronograma para que se empiece a operar de esa manera o que tenga efecto inmediato?

La administración del presidente Calderón no puede avanzar mucho más de lo que hemos avanzado hoy. Creo que los empresarios que nos han estado acompañando en esta y otras giras, sí pueden encargarse de continuar estas negociaciones, sobre todo porque también algunas empresas mexicanas tienen un enfoque multi-proteína, o sea, la misma empresa que produce pollo es la misma que produce carne de res.
Entonces, una empresa que entró con un producto, conoce la mentalidad, los requisitos, la logística y los canales de distribución, y será más fácil después que incluya otros productos en su portafolio.

El que exporta frutillas o bayas, seguramente tiene otros cultivos como arándanos, zarzamora o frambuesas, y estas son frutas que comparten muchas características. Las mismas empresas tratan de tener un portafolio amplio, no solo una variedad, no solo un producto. Entonces, en ese sentido, el acuerdo de ayer puede facilitar mucho.

Entonces, ¿podría ser de aplicación inmediata?

Sí.

Hay algunos productos identificados para este mercado que con seguridad gustarán al paladar chino. Un ejemplo es el pepino de mar. Por cuestiones geográficas y climáticas, México es uno de los países con mejores condiciones para su producirlo. ¿Cómo va el proyecto de las fincas de producción de pepino de mar?

El principal obstáculo es que hasta ahora el comercio de pepino de mar que llegó a China es un comercio informal y está subestimado.
Sale del país sin la elaboración adecuada y esto es muy lesivo para ambos países, porque el pescador mexicano recibe precios muy bajos y el consumidor chino paga precios muy altos.

Si el comercio se regulariza, sobre todo si se transfiere la tecnología china para la producción en granjas y bajo ambientes controlados, ambos países se van a beneficiar fuertemente porque se va a abaratar el precio del producto. Va a llegar a China cumpliendo los requisitos sanitarios del gobierno, y en México vamos a crear fuentes de trabajo permanentes. Además tendrá un manejo sustentable de esta pesquería porque al día de hoy tiende a estar sobreexplotada.

Hay un proyecto en el norte de México de una finca de pepinos que pronto va a alcanzar la etapa de exportación ¿En qué estado se encuentra el proyecto?

Las fincas donde se produce camarón están muy evolucionadas en el norte del México. Se está avanzando en tener dos especies en la misma finca para aprovechar mejor la infraestructura, los estanques y las bombas. También se está avanzando en la regularización del comercio y la captura del pepino de mar, para que se pueda hacer en condiciones sustentables.

[Foto: Quadrantin México y Abby Concept Tradings]

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