Cientos de manifestantes pertenecientes a Occupy Central se reunieron alrededor de la sede del gobierno de Hong Kong para conmemorar el primer aniversario del movimiento pro democracia. A pesar de que no se han dado grandes cambios, los activistas continúan su lucha por “una democracia genuina”.
El lunes, en celebración del primer aniversario del movimiento estudiantil Occupy Central, algunas de las principales avenidas de Hong Kong se vieron nuevamente plagadas de estudiantes que exigían “un sufragio universal genuino”. Muchos de ellos llevaban paraguas amarillos, que hace un año no solo sirvieron para protegerse del sol y de la lluvia, sino también de los gases lacrimógenos lanzados por la policía.
“Esta conmemoración no es solo para marcar el evento sino también para mostrarle a los hongkoneses que seguiremos en este camino”, le dijo Catherine Shek, una estudiante universitaria de 21 años, a Yahoo News. “El movimiento se encuentra en un punto de altas y bajas, y muchas personas están probando diferentes métodos”.
Más de mil personas se reunieron alrededor de la sede de gobierno de Hong Kong, y en las principales calles de la ciudad, para recordar la “Revolución de los paraguas”. Los organizadores tenían planeado hacer unos minutos de silencio a las 5:58 p.m., hora en que la policía disparó los primeros gases hace un año. Sin embargo, cerca de 3.000 efectivos enviados por la policía local evitaron que se llevara a cabo el plan.
El movimiento Occupy Central, considerado como el mayor desafío para el Partido Comunista desde las protestas de Tiananmen, inició el año pasado después de que Beijing propusiera un plan de reformas políticas que pretendía imponerle el Gobierno de China a Hong Kong. Miles de estudiantes y activistas ocuparon los principales distritos de la ciudad durante 79 días, protestando por el hecho de que en el sistema propuesto, Beijing pretendía aprobar a los candidatos para las elecciones del 2017.
No obstante, el paquete de reformas fue tumbado en junio por legisladores pro democracia hongkoneses, y se mantuvo el sistema tradicional, en el cual el jefe ejecutivo es escogido por un comité electoral pro Beijing.
“El movimiento inspiró a una nueva generación de hongkoneses”, le dijo Willy Lam, experto en política china de la Universidad China de Hong Kong, al diario Telegraph. “Ha estimulado las aspiraciones que muchas personas menores de 30 años tienen por un mayor grado de libertad. En un sentido, los ha radicalizado”.
A pesar de que la última marcha solo alcanzó a congregar a mil personas, de que C.Y. Leung aún sigue siendo la cabeza ejecutiva del territorio, y de que Hong Kong todavía se mantiene bajo la política de “un país, dos sistemas”, los activistas siguen con su misión de hacerle entender al pueblo hongkonés la importancia de la democracia auténtica.
“Durante todo el movimiento de Occupy Central, la meta ha sido despertar al público en general sobre la importancia de tener una democracia”, le dijo Benny Tai, uno de los cofundadores del movimiento, a la agencia Reuters. “Creo que eso ya lo hemos logrado, y mucho más de lo esperado”.
[Crédito foto: Bloomberg] También puedes leer:
– Crónica: Principio y final de la Revolución de los paraguas