En Hong Kong no está pasando nada. Por lo menos eso es lo que se lee, o mejor dicho, no se lee, en los medios oficiales de China continental. En la prensa los titulares giran en torno a la celebración de los 65 años del país, a los mártires de la República Popular, a lo bien que está China; incluso, al Iphone 6 y su lanzamiento. Pero por ninguna parte aparece #OccupyCentral.
En China hay un desconocimiento sobre la situación de Hong Kong porque el gobierno vigila muy de cerca a la web y los contenidos que la gente consume. Existe un control general sobre lo que circula, y lo que resulta inadecuado a los ojos de Beijing –en este caso las manifestaciones pro-democracia– es bloqueado. Por eso desde China continental no se puede acceder a Facebook y Google, y la lista sigue creciendo.
Pero hay un truco para evitar este inconveniente: VPN. Estos programas re dirigen la dirección IP a un servidor en otra parte del mundo, y así se puede acceder a la información que en China está vetada. En otras palabras, con el VPN activo, aunque me conecte a internet a un par de cuadras de Tiananmen, es como si lo estuviera haciendo desde Estados Unidos.
La censura a las protestas empezó desde el domingo cuando el gobierno bloqueó la búsqueda de #OccupyCentral en la red social Weibo, una especie de Twitter chino. La siguiente víctima fue Instagram, red donde se volvieron virales las fotos que subían los manifestantes durante las protestas. Y finalmente, el último damnificado fue el South China Morning Post, el periódico disidente de Hong Kong, que hizo un especial, minuto a minuto, sobre #OccupyCentral.
Por eso, son dos cosas diferentes hacer la búsqueda con VPN, y ver lo que ve el mundo; y otra sin VPN, y leer lo que se lee en los principales medios chinos de corte oficialista como son Xinhua, la agencia de noticias estatal, el People’s Daily, el Global Times, el Chaina Daily, y la cadena de televisión CCTV.
En estos medios el tema de portada es la celebración de los 65 años de la República Popular, los avances que se han hecho y lo bien que va el país. Se hace una especie de apología al emprendimiento y la voluntad con la que el Partido reconstruyó China desde la base; de los mártires del pueblo representados en la estatua de la plaza de Tiananmen. Incluso, citan a Lai Keqiang, Primer Ministro de China, recibiendo el Premio a la Amistad que le otorgaron a China el martes pasado: “el gobierno de China continuará creando un ambiente institucional abierto, transparente y predecible para proteger la propiedad intelectual y sus derechos”.
Se habló de lo bien que está China promoviendo un sentimiento nacionalista; pero #OccupyCentral, las manifestaciones estudiantiles que llevan más de una semana, los miles de activistas que se tomaron el distrito financiero de Hong Kong, los gases lacrimógenos y la democracia, fueron temas que quedaron por fuera de la agenda. Hasta el lanzamiento del Iphone 6 el 17 de octubre llegó a los diarios, pero #OccupyCentral no.
De lo poco que se encuentra es un editorial del lunes en el Global Times que dice: “Hong Kong ha sido un lugar pacífico durante mucho tiempo y no han surgido mayores inconvenientes. Esta es la razón por la que los extremistas quieren manipular la política utilizando medios ilegales”.
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[Crédito foto: Fayer Wayer]